Parte 2

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Desperté de un sobre salto en el pupitre.

— ¿Me puedes repetir lo que he dicho? — Dijo el entrenador furioso, mirándome con esos ojos feos de sapo que tenía.

— ¿''Stilinski''? — Respondí. Y era cierto, era lo último que había dicho. Bueno, en realidad no, pero ya me entendéis.

Todos empezaron a reír, menos Scott y Lydia, que me miraban con preocupación. Supongo que estaban pensando si volvía a tener problemas con los sueños, pero no. El único problema que tenía era el aburrimiento y sueño que me daban las clases del entrenador.

— Muy gracioso, Stilinski. No te castigo porque ayer ya tuve suficiente contigo después de las clases, pero deberás hacer un trabajo sobre la clase de hoy, ¿entendido?

Asentí mientras me hundía un poco en la silla.
Miré a Lydia de reojo, ajuntando las manos en señal de que si me podía ayudar. Ella, como cabía de esperar, asintió con la cabeza acompañado de un profundo suspiro.

Después de las clases, quedé con Lydia en su casa para que me ayudase con el trabajo, ya que no tenía ni idea del tema que se estaba tratando aquella vergonzosa mañana.

— Stiles, te noto raro últimamente.

— Raro, ¿en qué sentido?

— A ver, tu ya eres raro en si, pero me refiero a más raro todavía. Me preocupa que tengas problemas con los sueños de nuevo. — Explicó la pelirroja mientras buscaba un libro de texto.

— No te preocupes, no es nada de eso. Es solo que las clases del entrenador me resultan agobiantes, aburridas y... ¿Ya he dicho agobiantes?

— En eso no te quito la razón pero es que no es solo en clase. Por ejemplo, ¿qué estabas mirando o pensando cuando Scott te estaba explicando el otro día lo de pertenecer al FBI cuando te graudes? Porque ni si quiera le escuchaste. Te tuvo que llamar la atención varias veces.

— Yo pensaba en... — No podía decirle la verdad, así que me inventé una excusa barata. — Estaba pensando en Malia.

La chica frunció descaradamente el ceño en señal de que no me creía en absoluto.

— ¿Qué? — Me encogí de hombros.

— Stiles Stilinski, dime la verdad ahora mismo.

— O si no, ¿qué? ¿Vas a reventarme la oreja con tus gritos de Banshee? Puedo superarlo, tranquila. No sería el único que se quedase sordo. — Haciendo referencia a que su madre estaba también en casa, concretamente en el salón.

La chica se sentó a mi lado, dejando el libro de texto a un lado.

— Sabes que puedes contarme lo que sea, Stiles. Tal y como yo confío en ti, tu confías en mi también. Así que, por una vez no me hagas suplicarte qué te pasa y cuéntamelo, por favor.

— Está bien. — Dije finalmente. — Quería contárselo a Scott antes, pero no me atrevía, así que bueno. Supongo que te lo puedo contar.

— Escúpelo ya.

— Me gusta Derek.

La chica abrió los ojos de par en par, asomando por su rostro una sonrisita pícara.

— Así que por eso andabas tanto en las nubes. — Apoyó un brazo sobre la mesa mientras me miraba. — ¿Desde hace cuanto?

Me quedé en silencio un par de segundos intentando recordar cuando empecé a sentir cosas por Derek. Luego contesté:

— Pues fue en la temporada en la que descubrimos que Peter era el alfa.

— Eso es mucho tiempo, Stiles. ¿Aún no le has dicho nada a Derek?

Negué con la cabeza. Ella se levantó de la silla, tan solo para pasearse de un lado a otro por su habitación.

— ¿Por qué no se lo has dicho? — Preguntó nuevamente.

— Porque tengo miedo. No de él, si no por lo que pueda pensar.

— Tal vez lo acepte, tal vez no, tal vez únicamente te rechace. Aunque no sé ni por qué te lo digo, si ya lo sabes. — Sonrió levemente cuando dijo eso. — Pero deberías decírselo ya, ahora. Ahora Derek no está con nadie y tienes tu oportunidad. Es cierto que te arriesgas a que deje de hablarte y todas esas cosas que seguramente ya te has mentalizado, pero la vida es así, Stiles. Piensa: ¿Cuantas veces nos hemos arriesgado a perder nuestras vidas por nuestros amigos?

— Demasiadas. — Respondí seco.

— Entonces piensa que es lo mismo. Hemos perdido amigos, pero lo hemos superado todos juntos, ¿o no?

— Ya, Lydia. — Dije levantándome de la silla. — Pero no es lo mismo. Derek esta vivo. Si me rechaza y me deja de hablar, ¿como voy a poder mirarle cuando estemos todos juntos?

Después de eso, se creó un silencio bastante incómodo.
Seguía mirando a Lydia, que esta tenía la vista fija en el suelo.

— ¿Piensas que va a ser más fácil que olvidar el dolor de ver a nuestros amigos morir? No lo es. No lo será si eso llega a pasar. Derek estará ahí con nosotros y no voy a poder ni decir una sola palabra.

— Stiles, cálmate. Tienes razón, ¿vale? Pero te has enamorado de él. No puedes guardarlo todo dentro de ti y sentirte mal todo el tiempo. Mentalízate que si no te corresponde, pueden pasar esas cosas y aunque te deje de hablar, va a necesitar hablarte en algún momento si hay problemas de nuevo, ya que eres el único a quien acude cuando tiene algún percance. Va a tener que hablarte si o si.

Dicho todo eso, volví a sentarme y a meditar lo que debía hacer.

Le di las gracias a Lydia antes de irme de su casa, para luego ir a toda prisa a casa de Scott. Le expliqué todo lo que le había dicho a Lydia y para mi sorpresa, el nuevo alfa ya lo sabía.

— Se llama intuición. — Dijo Scott.

Después de un largo rato de charla con mi mejor amigo y al que considero también mi hermano, decidimos que iríamos el fin de semana al loft de Derek para hablar con él y contarle lo que sentía.

STEREK: Un Deseo EgoístaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora