Juego de manos

5 0 0
                                    

A pesar de las presiones y trabas que me ponía mi secretaria terminé alquilando un departamento en Gerlach. Seguía recibiendo remesas de dinero desde Sacramento. Las ganancias de nuestra empresa no habían sufrido perdidas. El nuevo empleado era un joven con mucho empuje y aportaba mucho dinamismo. Se llevaba bien con clientes y productores. Y tenía una cuidadosa relación profesional con Lucius. Un día me llamó por teléfono para presentarse y contarme sus planes con la empresa. Yo le di luz verde a sus ideas y sin conocer su cara lo hice mi hombre de confianza.  Su nombre era Patrick O'Day, había estudiado marketing en Boston. Fue un alivio saber que podía dejar a alguien a cargo. Mi socio me llamó un par de veces para pedirme que vuelva y para comentarme sus avances con su nuevo psicólogo.

Me convertí en consultor de la empresa de Gino, lo ayude a habilitar su casino. Contacte con un par de colegas que me debían favores y en tres meses pudimos inaugurarlo en la antigua sede de Rogers. A cambio de eso recibí un porcentaje importante de las ganancias. El lugar se llenó de extraños turistas, ocasionales visitantes que le cambiaban la cara al pueblo. Ya eramos los dueños de Gerlach y eso causaba mucha tensión en la oficina del Alcalde. Una tarde fuimos a abrir el local y nos encontramos una faja de clausura. Por si fuera poco esa mismo noche el hotel de Gino recibió una inspección sorpresiva. Alguien había denunciado a los cocineros de la taberna.

Solicitamos una cita con el Alcalde pero fue rechazada. No tuvimos otra opción. Juntamos un par de hombres. Amigos y empleados de Gino e hicimos lo que se hacía en esos casos. Al principio no estaba de acuerdo, pero las ganancias que estábamos perdiendo eran importantes. Cinco días de recaudación tirados a la basura. Y no teníamos respuesta a nuestras quejas. "Debes mostrarles que eres alguien o te aplastaran" decía Gino.

Entramos por la noche a la residencia del alcalde. Abrimos la puerta de golpe. Entramos a su despacho. La gasolina inundó el salón. El cocinero tiro un cerrillo encendido y una llama azul se fue extendiendo y abrazando todo. Dejamos unas monedas del casino sobre la puerta para que entendiera bien el mensaje.

La mañana siguiente mientras desayunaba en la taberna vi al Alcalde Branson entrando con Rogers y caminando en linea recto hacia Gino que estaba detrás de la barra. Lo que siguió era bastante predecible. Iban con intención de golpearlo. ¿Que hace el viejo aquí? pensé, pero no había mucho que pensar. Alcance a interceptarlos.

-Hagase a un lado- Exigió Branson

-¿Usted todavía aquí?-Preguntó Angus

-Gino. Escucha bien. Vas a pagar por todo esto

-Quiero mi casino- Gritó él.

Branson corrió hacía la barra y tiro todas las botellas que encontró a su paso. Gino trepo la barra y se le fue al cuello. La cosa se salió de control. Cuando quise ir a calmarlos sentí un golpe en la nuca y perdí la consciencia.



AnahimWhere stories live. Discover now