Heavy Is The Head

27.En la Noche

Nota:

  Basukian : es como el idoma japones

Angeles : es como el continente americano o EEUU por lo tanto el Angelessan es como el idioma ingles 

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El atacante era una joven alfa con rizos largos de ébano, ojos azules y tetas que rivalizaban con los de Satsuki. Su vestido festivo estaba roto donde los cuchillos lo habían rozado y empapado en sangre donde la flecha de Shintarou había perforado la tela y la carne. Su Basukian era terrible, con un fuerte acento angelino.

Shougo quería estrangularla en la pared más cercana.

"Ser Shouichi", gruñó Lord Aomine. "¿Cómo pudo pasar esto?"

Shouichi Imayoshi, el zorro de Redlake y maestro de espías en Too, no sonreía por una vez. Shougo sabía que el tipo a través de Hanamiya e Imayoshi sonrió todo el tiempo, la única excepción fue cuando estaba en problemas, serios problemas.

"Llevaba la invitación de otra persona, Mylord", contesto Imayoshi arrastrando las palabras, sus gafas brillando en la tenue luz. "Una casa sin nombre que los guardias no se molestaron en comprobar. Sin lugar a dudas, ella ha usado sus ... encantos femeninos para vivir también. Los guardias confesaron eso, fueron arrojados a una celda de interrogatorio ".

Midorima resopló y se ajustó en sus propias gafas con una mirada de disgusto. "Qué plan tan repugnantemente simple, de hecho".

La mujer, encadenada a una silla, lo fulminó con la mirada y escupió palabras enojadas en Angelessan. Kagami giró y disparó algo en el mismo idioma, igualmente enojado.

"¡Taiga!", Espetó su padre.

Kagami lo miró y señaló al atacante acusadoramente. "Padre, ella amenazó-"

Sus palabras fueron interrumpidas por un gemido de dolor de la mujer. Shougo había agarrado su largo cabello con una mano, sostenía su cabeza con la otra y tiraba de los largos mechones.

"Tú", el Pillager gruñó y tiró de nuevo, esta vez se desprendió un montón de pelo. La mujer trató de reprimir un gemido. "Habla Basukian o te haré comer tu propia lengua una vez que haya sacado toda la información y créeme, ¡lo haré!"

"Shougo", dijo Nijimura en voz baja, consciente de su palpitante y giratoria cabeza. Había insistido en unirse a los Altos Señores en la sala del consejo para el interrogatorio de su atacante a pesar de su conmoción cerebral. Los médicos habían armado un escándalo, por supuesto, por lo que la reunión se había pospuesto unas pocas horas para que Nijimura pudiera descansar al menos un poco y recibir algún tratamiento. "Déjala. Esto no está ayudando ".

"¿Cómo puedes estar tan jodidamente calmado, ¿eh ?!", Shougo gruñó y soltó el cabello de la mujer. "¡Esa muchacha acaba de intentar matarte, por el amor de Dios!"

"Rabiarse con ella no cambiará ese hecho, ¿verdad?", Espetó Nijimura y tragó saliva cuando una nueva oleada de náuseas lo golpeó.

"Príncipe Shougo", una profunda voz de tenor habló y todos se volvieron hacia la alta e intimidante figura de Masaomi Akashi, León de Rakuzan. El Señor del Ojo del Emperador tenía el mismo cabello escarlata que su hijo, aunque estaba canoso en sus sienes. Sus ojos eran, fieles a la marca de la dinastía Akashi, felinos, las pupilas rasgadas. Sin embargo, los suyos eran más fríos, incluso más crueles y dorados. "Infligir dolor al prisionero es el deber del torturador. A ella se le conocerá uno lo suficientemente pronto ".

Shougo lanzó una mirada fea al hombre mayor, pero dio un paso atrás, hirviendo.

"Padre, si puedo-", Akashi comenzó, pero su padre lo interrumpió.