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—Un poco más de tormenta

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Un poco más de tormenta...—

En la mañana, Yongsun despertó con el estómago revuelto, lo cual era una mala, terrible, fatídica, ruín señal. Recuerda cuando tuvo por primera vez el mismo malestar, con siete años la perdida de su cachorro favorito le sentó tan mal, que marcó aquella alerta como el inicio de malos presagios.

Salió de casa sin tomar desayuno, por ende, llegó temprano a su salón.

—Buenos días, Wheein-ssi —saludó con su mano a la pelinegra sentada al final de la fila y ésta correspondió de igual manera.

Solar revisó la hora en su celular y aún faltaba mucho para que Byulyi llegase, así que fue hasta una de las ventanas del aula para esperar por ella.

—Yongsun sunbae, ¿está esperando a su amiga? —rápidamente volteó hacia la voz, sorprendida de que haya iniciado una conversación sin necesidad de tareas escolares de por medio.

—Sí, pero hoy he llegado más temprano y... Ah, Byul-ah realmente tarda siempre —Solar sonrió volviendo la vista hacia donde estaba antes de ser distraída; la ventana.

El silencio se adueñó del ambiente y Wheein observó a su compañera buscar algo a través del vidrio. No podía actuar tan bien.

Wheein aclaró su garganta.

—Ella no vendrá —obtuvo la mirda de Yongsun nuevamente sobre ella, ésta vez más intensa, sentía que estaba por perforar su craneo en cualquier segundo. Wheein ladeó la cabeza, fingiendo no estar siendo afectada por el recelo de Yongsun —. Lo dijo ayer en el grupo de Kakao.

La castaña abrió la boca incrédula, sin poder contener el jadeo de sorpresa que salió en un descuido. Ella realmente estaba ida ante eso, ¿por qué no le avisó a ella primero...?

Y un segundo antes de comenzar a arder en furia, su mente se llenó de reproches hacia sí misma, puesto que anoche estuvo ocupada hablando con un amigo por Skype, durmió temprano de igual manera, pero no revisó sus mensajes.

—Ah, soy una idiota —fue lo último que dijo antes de dejar su celular en el pupitre de su mejor amiga, tapándose cara con ambas manos.

Wheein presenció absolutamente todo en silencio, cómo Yongsun corrió hasta su mochila y apurada sacó el aparato de color rosa en su desesperación por comprobar la verdad en sus palabras, su afligida expresión tomando forma en cada rasgo distintivo de su adorable rostro y finalmente, la última cosa que quería ver en su vida. A una desolada chica sollozando en silencio.

Si bien no veía exactamente las lágrimas haciendo camino por las mejillas de su compañera, la imagen mental de todo eso sí estaba ocupando cada rincón en su cabeza. Tan sensible, pensó.

-¡Mmh, sunbae, no debe ponerse de esa manera! Calmese, por favor~ -la pelinegra se obligó a forzar su voz de nuevo, también ocultó su mueca de fastidio al tener que hacer lo siguiente: abrazar a la mayor.

Solar era unos dos centímetros más alta que ella, pero aún así se las arregló para que la llorona muchacha logre recostar su cabeza sobre uno de sus hombros. Wheein sentía que se le iba el aire, el abrazo terminó apretado y sus pulmones gritaban por oxigeno. La castaña seguía sollozando, ahora también temblaba un poco, pero nada de lo que ella no pudiese manejar.

—Yah, exactamente, ¿qué pasó?—acarició el cabello de la contraria y en respuesta recibió un apretón en su cintura, ambas estaban ya muy pegadas y Wheein quiso chillar cuando pensó estar ahogandose con el busto de Yongsun. Demonios, esa iba a ser la última vez que consolaba a una niña sentimental como Solar, si alguien más gimoteaba cerca de ella pues tendría que arreglarselas sola.

—Moon, e-está enferma y-y sí me habló primero a m-mí, pero yo- —y ahí comenzó otra tanda de lágrimas furiosas y abundantes, cayó en cuenta que mojaba el uniforme de su compañera así que se separó ligeramente, mordiendo sus labios mientras luchaba por aguantar otro alarido lastimero, no iba a avergonzarse más frente a aquella chica que hasta hace unos minutos había entablado una conversación real con ella, obviamente eso estaba en el tacho de la basura por su culpa, pero quería creer que aun después de su desliz, continuaba guardando algo de dignidad. O tal vez no—. Yo no debí comprometerte con ésto, pero g-gracias por querer ayudar, Wheein-ssi.

La mencionada sintió su corazón romperse un poco al darse cuenta de que Yongsun estaba batallando con sus lágrimas al hablar, algunas cayeron a la par que las palabras salían con dificuldad de los labios de Solar, pero la tensión estaba pegada a cada sílaba, en cada silencio. Wheein no era una chica mala, sólo no estaba acostumbrada a esas escenas, porque Hyejin no lloraba por más dolida que estuviera. ¿Qué haría ahora?

—Mire, Yongsun-ssi, haremos lo siguiente, ¿bien? —limpió las saladas gotas de la mejilla contraria y acunó con sus manos el rostro de color rosa ligero a causa del llanto—. Primero tenemos que arreglar su maquillaje y encargarnos de que nadie sepa que usted ha estado llorando, así que vamos al baño antes de que alguien pueda verla. No creo que desee preocupar a su amiga si alguien le cuenta que la encontró en este estado, ¿cierto? —Yongsun asintó con los ojos acuosos puestos sobre los de Wheein. Ésta suspiró, sacó su pequeño estuche de emergencias en su mochila y tomó la muñeca de la castaña para salir rumbo al baño de chicas.

Solar bajó la mirada en cuanto vio la silueta de un compañero rozarles en cuanto estuvieron fuera del salón. Esperaba que no haya visto su penoso espectáculo por las ventanas, ah, qué vergüenza. Siguieron caminando con la mayor detrás de Wheein cabizbaja hasta que estuvieron encerradas en un cubículo del baño.

Wheein sacó un paño azul para limpiar el rostro de Yongsun y luego aplicó maquillaje lijero, intentando recordar cómo lo tenía la castaña más temprano. También arregló su cabello y limpió la suciedad imaginaria del uniforme. Sonrió un poco al ver a la otra chica mucho mejor, incluso irradiaba esa luz de encanto que siempre la hacía resaltar entre todos los demás. Tal vez por eso la apodaban Solar.

—Wheein-ssi.

—¿Mmh? —sintó el cuerto tenso cuando otro abrazo ocurrió entre ambas, ésta vez de agarre más ligero, incluso podría decirse que alegre. Rodeó la cintura de Yongsun lentamente.

—Estoy en eterna gratitud contigo, si hay algo que quieras, sólo debes pedirme y lo haré —besó una de sus mejillas y la saliba ya no pasaba por su garganta por más veces que tragara.

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ʙ ɪ ᴛ ᴛ ᴇ ʀ   ᴄ ᴏ ɴ ғ ᴜ s ɪ ᴏ ɴ     -wheesun; hwabyulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora