Capítulo uno.

4K 264 73
                                    

"Los encuentros inoportunos pueden ser beneficiosos.

Pero algunos de ellos pueden ser conflictivos.

¿Acaso el destino te ha impuesto un evento afortunado?

O por el contrario.

¿Te condenó a la perdición?"

...

Capítulo uno.- Cambiando el destino por un encuentro.

— ¿Majime? — Pronunciaba el nombre de una de sus estudiantes.

— Aquí. — Respondía muy apenas la joven ojiverde, la noche pasada había estudiado mucho para un examen que al final no fue aplicado.

— ¿Le gustaría dormir afuera del salón? — Preguntaba con sarcasmo haciendo que la clase riese – aunque esa risa en si era para recibir puntos extras más que nada–.

— ¿A usted le gustaría aplicar sus exámenes en el día que lo estipulo? — Respondía con balbuceos para no ser escuchada.

— ¿Perdón? — Deja el libro en su escritorio, algunos alumnos cuchicheaban entre ellos.

— No he dicho nada. — Rodaba los ojos, aquel profesor se creía bastante, pero en realidad no era más que un señor bastante mayor que se creía joven.

— Retírese del salón. — Señala la puerta. — Para la próxima, no quiero verla dormirse en mi clase.

— Como quiera. — Suspiraba con resignación.

Después de salir del salón, Kaori empieza a caminar hacía el pasillo que la llevaría a la puerta principal de la universidad. Cursaba la carrera de Derecho, y aunque estudiaba sólo por estudiar, le había nacido un poco de amor a la carrera. Pero la actitud de aquel hombre le hacía pensar por unos instantes en abandonarla.

— En verdad que lo odio. — Refunfuñaba mientras caminaba. — Ni siquiera sabe la definición de Derecho, no entiendo el porqué sigue dando clases si es un total inútil.

Saliendo por la puerta principal de la universidad y despidiéndose del hombre de seguridad, se dispone a ir a su hogar a dormir las horas desperdiciadas. Posiblemente sería algo tonto decir que perdió tiempo estudiando, total, podría beneficiarle el haber estudiado y utilizar ese conocimiento más adelante, pero por el enojo del momento, Kaori no pensaba de esa manera.

— Odio caminar hasta casa. — La joven se encontraba cerca de su hogar, sólo debía pasar por un parque y por unas cuantas calles.

Tratando de olvidar ese mal momento vivido, saca su celular del bolsillo para conocer la hora. Realmente no tenía nada que hacer ese día; veía la hora para ver cuánto tiempo iba a dormir.

Por estar distraída en su teléfono, el cuerpo de un hombre choco con el suyo, haciendo que los objetos personales de los dos cayeran al suelo.

— Lo que faltaba. —Maldecía su mala suerte. Cansada de todo, tomó sus pertenencias lo más rápido posible.

— Lo siento, señorita. — Decía con voz suave el hombre mientras imitaba las acciones de Kaori. — ¿Está bien?

— Si, no se preocu... pe— Kaori observa al hombre. Un hombre con vestimenta formal, anteojos ovalados, cabello rubio y ojos azules fue con lo que se encontró. Mirarle fijamente fue lo único que hizo, está acción incomodo un poco al rubio.

— ¿En verdad? — Preguntaba un tanto preocupado por la ojiverde, pensaba que ella estaría molesta por el choque.

— P-Por supuesto, estoy bien. — Reía nerviosamente. — ¿U-Usted está bien?

— Si, gracias por preguntar. — Sonríe un tanto aliviado.

Después de tantos acontecimientos malos en el día, una cosa buena – o mejor dicho – una cosa muy buena, le ocurrió. Ver un hombre tan bien parecido así de la nada sólo sucede en esas historias de romance genérico, pero la fortuna llegó a su vida y le tocó vivir un momento de fantasía como en esas historias.

— ¿Derecho romano? — El rubio señala uno de los libros de la joven.

— S-Si, es una de mis materias favoritas. — Una sonrisa amplia aparece en su rostro.

— Es bastante buena. — Concordaba con la joven.

Y además de ser apuesto, parecía que aquel hombre rubio era abogado.

— Me alegra que alguien más aprecie esa materia. — Confesaba el mayor. — De nuevo debo disculparme, me distraje viendo un comercial en una de las pantallas de uno de los edificios, me alegro no haberle lastimado. — Ajusta sus anteojos en el puente de su nariz. — Debo retirarme, espero que pase un buen día.

El hombre con el que "se había encontrado" se alejaba poco a poco de Kaori. Posiblemente ya no volvería a ver a esa persona, pero sintió una gran necesidad de conocer su nombre.

— Disculpe. — Llamó la atención del rubio. — ¿Podría conocer su nombre? — Preguntaba directamente sin titubear, aunque lo pidiese con un toque cortés, no quería decir que no fuese imprudente.

— Ukyo. — Consideró que no existía algún problema en responder a la pregunta de la ojiverde; pero por seguridad, sólo le diría su nombre, más no su apellido.

— Mi nombre es Kaori, es un gusto. — Hace una leve reverencia.

— El gusto es todo mío. — Asiente ligeramente. — Hasta luego.

Ukyo había dicho "hasta luego"; una despedida que da anuncio a un nuevo encuentro en un futuro posiblemente cercano. Terminando su "adiós", dio media vuelta y siguió su camino.

Aquel encuentro no era una razón por la cual debía enamorarse, no siempre se "consigue" a tu persona especial de esa manera, pero quién sabe, aquel choque accidental podría ser una señal de algo nuevo. Tal vez, de tan sólo pensar que el futuro que te espera será diferente por conocer a un extraño te parece emocionante e interesante. Por supuesto, Kaori esperaba ver nuevamente a Ukyo, seguramente nunca llegarían a tener alguna salida casual; por lo menos se conformaría en verle desde lejos.

— Vaya día. — Alzaba sus hombros. — Bueno, no puedo decir que esté día ha sido malo después de eso. — Rasca su mejilla. Seguía viendo caminar al rubio hasta que su vista no diese para más. — Ukyo... — Repetía el nombre del hombre que acababa de conocer. — pensé que era un nombre de chica.

"En veces, las cosas no suceden como uno lo espera.

No siempre se decide lo que a uno le ocurrirá.

Sólo es cuestión de suerte vivir aquellas experiencias que alegran el día."


『Conflict.』[Brothers Conflict - Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora