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Todo se reducía a este momento. Todo por lo que había pasado, ya no importaba porque estaba concentrada en el brillo tan especial que tienen los ojos de Diego y lo lindo que sonríe, que todo el dolor que alguna vez llegue a pasar, se había sanado con tan solo verlo. 

El dolor que experimente cuando me separaron de Diego, solo lo había sentido una vez en toda mi vida y jamás creí que después de eso, volvería a sonreír y mucho menos a amar. Nadie lo puede llegar a entender, pero el amor que siento por él es muy fuerte. 

Yo me siento realmente agradecida de que él haya entrado a mi vida en un momento donde no lo esperaba, pero si que lo necesitaba. Él llego a romper todos mis esquemas y enseñarme la vida de una manera totalmente diferente y siempre estaré agradecida por ello. Nadie sabe lo especial que es para mi, nadie sabe lo que le hizo a mi corazón, nadie sabe lo mucho que llevo esperándolo, nadie sabe de todas esas noches, nadie sabe lo mucho que espere para tener un amor que se sintiera así de bien y nunca lo sabrán.

– Sé que ésto, ésta situación es difícil, yo sé que duele. Tu estás ahí sentada pensando muchas cosas, y que tienes un millón de preguntas. Sé que ha sido difícil dormir, mientras creabas diferentes situaciones en tu cabeza, mientras hacías una lista muy larga de todas las chingaderas por las que te hice pasar. Perdón por todo lo que te hice pasar este tiempo, Dove, no te di el amor que tu mereces, no luché por ti lo suficiente, y me siento un pendejo por eso. Sé también que superaremos ésto ahora que estamos juntos, nosotros estamos hechos, el uno para el otro y aunque nos alejemos, siempre terminaremos juntos, porque así lo quiso el destino, porque... porque si Dove, yo no puedo para de amarte, no me he dejado de enamorar de ti desde que te conocí. – 

Siempre lo extraño, pero no solamente lo extraño. Lo anhelo. Es como si cada respiro de mis pulmones, quisiera gritar su nombre y como si mis tímpanos impacientes quisieran escuchar mi nombre de su voz. Mis labios mueren por probar los suyos. Las puntas de mis dedos hormiguean con anticipación, esperando a que tome mi mano. Lo necesito, en la extensión de la palabra. Él es el oxígeno que respiro y el sol que ilumina mi vida. Siempre lo extraño.