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Un trayecto más, por autobús, una tarde templada. Una chica que estaba sentada en ese transporte con ella como única pasajera, disfrutaba de la música de su reproductor.

Cerró sus ojos llevándose llevar un poco con sus audífonos, sólo la música y ella. Al fin y al cabo, aún faltaba un generoso tiempo para llegar al colegio.

- ¿Te molesta si me siento contigo?

Aún con audífonos puestos pudo escuchar esa voz. Abrió sus ojos sintiendo una punzada en el corazón.

- No tengo una anciana a la cual ofrecerle mi asiento, pero creo que es mejor intentar. -dijo algo apenado-.

- ...Flug.

Tenerlo a su lado hizo que una pequeña sonrisa se formara en su rostro.

- ¿Sabes? No puedo perdonarte.

-... ¿Qué?

- No puedo perdonarte que me hayas dado tantas galletas sin que estés tú conmigo para comerlas. -sacó de su mochila la bolsa que ella le había dado ese día, intentó sonreír aún con esa melancolía-.

Un par de lágrimas salieron, pero esta vez, él fue quien las secó. Una sonrisa dulce curó esa herida.

- ¿Podrás perdonarme?

- Creo que con esto, ya me debes bastantes impuestos. -contestó la chica con orgullo-.

- Valdrá la pena.

Unas galletas y audífonos fueron lo único que necesitaron para que el trayecto se hiciera mucho más corto.

🍪||Milk and Cookies||🍪 Flug x Lectora ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora