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La alarma del teléfono celular ocasionó molestia en la habitación, después de muchos intentos por fin se logró callar ese insoportable sonido . La vista del muchacho se clavó a su lado contrario de la cama en donde yacía una chica mostrando su pálida y suave piel con los leves rayos del sol de la mañana con la sábana cubriéndole su pijama de tela polar .

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Desde hace semanas que no sabe algo de su ex compañera de habitación y eso lo desanimó a pasos agigantados, su novia lo estuvo ayudando a buscarla sin descanso y eso fue algo que de verdad lo atesora, sin embargo después de pensar claramente y tomar responsabilidad de sus decisiones fue que llegó hasta ese punto.

Simplemente no puedo dejar que mi trayectoria acabe de esta manera, cometí el error de no tomar en cuenta lo que sentía ella por mí pero esto no puede quedarse en sólo palabras al aire.

Debía tener en cuenta la vida que está llevando junto a su actual pareja y el camino que le faltaba por recorrer, ahora más que nunca tiene la obligación de salir adelante y no volver a cometer los errores del pasado, desea de todo corazón poder hablar con aquella chica que le ayudó en los peores momentos que tuvo que pasar y le sacó más de una sonrisa bajo esa bolsa que guarda secretos, son embargo también sabe que no todo en la vida es color pastel.

La chica que está a su lado ha sido muy linda y amable, esos ojos color miel los ha visto en las noches que le es difícil dormir, en las tardes cuando Flug tiende a relatar sus procesos para los experimentos y la emoción que siente en su carrera como científico. Syrlen sin duda ha sido un pequeño arcoíris que alegró el cielo nublado del chico de gafas grandes. 

Esa misma mañana fue cuando se eligió el camino de cada una de estas personas.

La chica de cabellos azabaches estaba mirando a través del cristal algo empañado por el frío del inicio del día, el tren se movía levemente con cada paso más cerca de su nuevo destino. El aroma a cigarrillos a su alrededor y la pequeña incomodidad de estar en el asiento de aquella serpiente con ruedas era algo que casi no parecía percibir del todo, su cabeza era todo un lío pero que tarde o temprano iba a enmendar, sólo puede dar una pequeña sonrisa y esforzarse por una nueva oportunidad.

Ambos sabían lo que implicaba el alejarse el uno del otro.

Aquellas galletas serían un recuerdo de lo que fue una parte felíz en una anécdota de amor juvenil, un tema de plática que traería tanto sonrisas como alguna  pequeña nostalgia que animaría a saber qué significa el tener algo tan dulce de una persona. Este lapso de tiempo tuvo momentos que guardarán más de una incógnita y misterio sobre qué es lo que guarda la mente y corazón de los protagonistas.

Pero ¿Qué sería de una historia sin un pequeño toque de dulzor y sabores desde el del chocolate más puro?

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