Mi Salvación [MD#2]

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     Han pasado dos días desde que tuvimos que sacar a Alex de ese lugar. Todos estábamos aliviados, pensando que había reaccionado... Eso fue antes de que me llamara mamá a decirme que él no estaba en su cuarto y que faltaban algunas de sus prendas de vestir. Dijo que dos o tres mudas. Esto no está bien.

     Hago algo que creo que no quiero pero, después de horas de buscarlo, no hay otra opción. 

     A lo largo de los años pude obtener el número de los hijos o sobrinos de los amigos del pasado de papá y el tío Eric.

      - Larissa, si el tío Gregor se entera que te comunicaste con ellos... Nos matará - los jóvenes estamos juntos. Dmitri está a mi lado, en todo su esplendor. ¿Cómo es que en tan poco tiemp se haya vuelto una bomba sexy?

     - Es necesario. Alex no aparece... Yo estoy teniendo un ataque de ansiedad.

     Hago un par de llamadas. Dejo la última para el final. La peor. El señor Will... papá me dejó muy claro que es peligroso pero ¿qué más puedo hacer?

      Suena tres veces y la voz envejecida del hombre que protagonizó mis pesadillas cuando pequeña contesta.

      -Más vale que sea bueno para que interrumpa mi partida de póquer. ¿Quién diablos es?

      - Señor, soy Larissa la hija de...

      -Ahh, la hija de la hermosa Erin. Te recuerdo bien, cariño. Te dije muchas veces que me llamaras Will.

      -Lo siento, por molestar. Lo que pasa es... Estoy buscando a alguien. Sé que está metido en peleas...

      -¿Hablas de tu hermano Alex? Está aquí, en mi bar. Apostando, nada menos. Deberías venir por él,  no queremos que siga los mismos pasos que papi ¿o sí?

     - Claro que no. Muchísimas gracias. Iremos por él, no le causaremos problemas.

      Dmitri nos lleva al famoso bar. Es más bien un prostíbulo.

     Entramos conmigo en frente y los dos chicos respaldandome. Lo encontramos al final, en la mesa de billar.

      -Maldita sea, Alex. ¿Quieres que te maten o qué? - le digo cuando llego a él.

      -Sólo olvídate de mi, Larissa. Ya no voy a volver...

      - ¿Pero qué dices?...

      - Está hablando con la verdad, bonita - responde el hombre apoyado contra la pared -. Él ya no se va de aquí.  Ahora es mío. 

      Se acerca y me doy cuenta del chaleco que trae puesto. Ay no...

      - ¿Es enserio, Alex? ¿Te comprometiste con un motero? ¡¿CON UN DEMONIO?! - no me lo puedo creer... papá sólo nos dijo una cosa de su pasado. Fue una advertencia. Mantenganse apartados de cualquiera que se haga llamar demonio. Cualquiera que lleve un parche de demonio...

      - Escucha - me dirijo a aquel hombre -, si él tiene una deuda yo... Yo la pagaré ¿sí? - Alex protesta pero lo hago callar con una mirada -. Él es menor de edad ¡¡solo tiene quince!! No se va a quedar aquí, no lo permitiré.  Sólo debe decirme cuánto le debe y yo le pagaré. 

      -Querida... No me debe dinero - sonríe casi con regocijo -. Me debe una vida.

      Caín

      La hermosa chica frente a mi... Larissa... se queda con la boca abierta. Tiene labios hermosos. La miro de arriba a abajo.

     Uno de los que vienen con ella se pone en frente, bloqueandome la vista. Arqueo una ceja hacía él. 

      -¿Qué dices? ¿Aún quieres saldar su deuda? - me río. Es obvio que dirá que no. Nadie es tan sacrificado por nadie.

      -- ¿Pu-puedo pensarlo? - murmura.

      El otro hombre tras ella agarra al chico del brazo. Miro a mi segundo y él hace que nos rodeen.

      --¿Crees que soy estúpido? Si eres su hermana, que sé que es así por tus lindos ojos, también eres hija de Gregor. Tu papi te esconderá en cuanto se entere de esto.  Y yo perderé. No me gusta perder. Es tu última oportunidad. Lo tomas o lo dejas.

      Puedo ver como se deja el cerebro pensando en algo. Ella sabe que está en territorio enemigo. Entonces da un paso más cerca de mi, el hombre frente a ella la detiene.

      --¿Qué crees que haces? No te quedarás.

      --Dmitri... sabes que no hay de otra -- traga. Su respiración es descompasada. Está asustada. Bien.

      --Yo me quedaré -- me dice --. Yo soy más fuerte que Alex y...

     -- Pero yo no te quiero. Tiene que ser alguno de los Kill. Será la hermosa chica, o el joven chico...

     --Larissa, no voy a permitir que hagas esto. Es mi deuda. No tiene nada que ver contigo.

      -- Escucha -- le hablo a la chica --, la deuda de tu hermano es peor de lo que piensas. Él no me lo debía a mi, se lo debía a alguien peor.  Lo compré, por decirlo así.  Ahora su deuda es conmigo.

       -- Me quedaré.

      Asiento y le hago señas a Speed para que saque a lod demás de aquí.  Pelean. Gritan. Juran que la salvarán.

      Me río un poco más.  Esto será interesante.

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