Fillie | My FUCKING fault.

CINCO

Abrió la puerta y la cerró de un portazo. Caminó hasta la escalera, pero su madre le impidió el paso, poniéndose ante él.

— Hasta que apareces. — Dice, mirándolo completamente enfadada. — Te estábamos esperando para hablar. Sígueme. — Se dió vuelta y comenzó a caminar hacia el comedor. Finn sentía algo de miedo y no entendía nada, pero la siguió. Finalmente, su padre estaba sentado, mirándolo sin expresión alguna. Su madre se sentó y le hizo una seña para que la imitara, él le hizo caso, y una vez sentados, teniendo a sus padres en frente, tragó saliva y esperó lo peor. — Haz llegado tarde a clases todo la semana. Tus profesores se quejaron con el director porque no prestas atención y no haces tus tareas. Te lo hemos advertido, no queríamos hacer esto, pero no nos das opción 
— ¿Hacer qué? — Preguntó, con el ceño fruncido
— Las llaves — Dijo su padre, extendiendo el brazo hacia él y abriendo la palma de su mano — De tu motocicleta.
— No, no, Barbie no, porf... — Su madre lo interrumpió
— ¿Barbie? — Preguntó, completamente confundida
— Así se llama mi motocicleta — Bajó la cabeza, totalmente avergonzado.
— Me importa una mierda. — Gritó su padre, haciendo que los dos daran un salto del susto — Que me des las malditas llaves. — Finn, sabía que no tenía que hacer enojar a su padre, porque se ponía como loco y era muy agresivo. A veces, lo golpeaba tanto que su madre tenía que meterse para que parara.
Con cuidado, Finn tomó las llaves de su bolsillo delantero y las dejó en la mesa. Se levantó y miró a su madre
— No tengo hambre, me voy a dormir — Se dio vuelta, pero antes de que dara un paso, la voz de su padre retumbó en toda la casa
— ¿Dormir?, ¿Piensas que este fue tu único castigo?, claro que no muchacho. Si no te guiamos bien, terminarás como Nick, ¿A caso es lo que quieres? — Finn se dio vuelta y lo miró con odio
— No hables de él. Si él ya no está aquí es por su culpa — Susurró, midiendo su furia para no insultar a su padre
— No te atrevas a decirme eso — Se levantó de la silla y caminó lentamente a él, cuando estaban cara a cara, abrió su boca, soltando un olor a tabaco inmenso — Harás todas tus tareas. Y si no las tienes, las pides. Ahora vete antes de que te dé un puñetazo en la cara de rana que tienes.

Finn, sin pensarlo, corrió escaleras arriba y se encerró en su cuarto. Se acostó en su cama, y dejó salir un par lágrimas. Él casi nunca lloraba, porque no le gustaba, pero a veces no lo soportaba. Le dolía que su madre lo vea con sangre en su rostro, y no diga nada al respecto. Era como si no les importara lo que le pasaba.
Su celular comenzó a sonar, y Finn, lo agarró para atender, era Iris

— ¿Hola?
— Hola, Finn, te llamaba porque mis padres se fueron y dijeron que en dos horas regresaban...por ahí te gustaría venir un rato.
— Claro, ahora voy. — Cortó la llamada y se dirigió al baño para bañarse.

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Finn besaba a Iris descontroladamente, hasta que se separaron por falta de oxígeno.

— Te amo — Soltó en un suspiro agitado. Finn abrió sus ojos y se dejó caer a su lado, mirando al techo y procesando las palabras de su novia.
— ¿Tienes condón — Fue lo único que se le vino a la mente para cambiar de tema, pero Iris se destapó y se levantó totalmente enfadada
— ¿Es en serio? — Chilló
— Bueno, si no quieres quedar embarazada... — Lo interrumpió
— No hablo de eso, Finn. Te dije que te amo y tú me preguntas si tengo condón. — Rodó los ojos, totalmente roja de lo furiosa que estaba — Esperaba un “ Te amo ” de vuelta. — Dijo, soltando un suspiro, algo angustiada. Finn se destapó y caminó hacia ella. La envolvió en sus brazos y suspiró. Se quedaron así un momento. Era lindo, Finn se sentía bien y sus problemas desaparecieron por un tiempo. Iris siempre parecía saber cuando aparecer, y eso a Finn le encantaba, también porque era muy bonita y los dos eran rebeldes. Finn pensó que eso era amor.
— Yo también — Dijo, separándose y mirándola con una sonrisa forzada. ¿Eso era amor?
— Claro que tengo un condón — La chica corrió a su cajón y sacó uno. — Ya sé que lo hicimos antes, pero siento que ahora es diferente — Se acercó a él, y dejó un corto beso en sus labios — Necesito saber si realmente me amas. — Finn frunció el ceño. Ya se lo había dicho...
— Ya te lo dije — Susurró, totalmente irritado. Se sacó la remera, pero ella no se acercó.
— Quiero que nos casemos. — Finn se puso la remera totalmente rápido y le dió una mirada avergonzada.
— Sabes... — Se rascó la nuca — No creo que esté preparado, yo.. — Se acercó a la ventana y volvió a mirarla — Tal vez otro diga que sí — Hizo una mueca y sonrió forzadamente.
— Vete por la puerta — Dijo Iris — Era una broma. — Finn sonrió y corrió hacia ella, besando su cuello. Ella lo alejó rápidamente, mirándolo enfadada. — Pero esa broma me hizo saber que no me amas. — Agachó la cabeza, soltando una lágrima — Quiero que te vayas.
— No, yo...lo siento. Me haces reír, eres rebelde, nos acostamos, la paso bien contigo, creo que te amo.
— No, Wolfhard — Nunca lo había llamaba por su apellido, lo cual inquietó a Finn — Eso no es amor. Necesito que terminemos con esto.
— ¿Por qué? — Gritó el chico, obteniendo una mirada triste por parte de la rubia.
— Porque me lastimas — Comenzó a llorar — Llevamos un año juntos y... ¿Crees que no sé que me engañas? Yo también lo hacía, pero...me dí cuenta de que no era lo mismo. Te necesitaba para ser feliz, eso es amor, te necesitaba para que me abraces, para que me digas que soy la única, para que ames. — Susurró lo último y se sentó en su cama. — Sé que tú no sientes lo mismo. Yo me sentía mal cuando te engañaba. — Bajó su cabeza y se secó las lágrimas. Tenía razón. Finn no sentía remordimiento alguno cuando se acostaba con otras. Tal vez eso no era amor, y ella estaba en lo correcto. — Vete. — Susurró. Finn la miró apenado, y salió sin decir nada más. Sabía que si se quedaba iba a cagarla.