Fillie | My FUCKING fault.

SIETE

Comenzó a dar vueltas en la cama. No podía dejar de pensar. Todo le daba vueltas. No quería bajar y ver a sus padres. Tenía miedo. Otra vez estaba sufriendo una crisis de ansiedad.
Agarró su celular y marcó el número de Jack. Esperó unos segundos, y atendió.

— Hola
— Hola, Jack — Susurró algo agitado
— ¿Finn?, ¿Estás bien? — Preguntó, preocupado
— No, no puedo respirar — Susurró, intentado no sonar agitado
— Está bien, escucha, ¿Tus padres están en casa?
— Sí
— Abre la ventana. — El pelinegro obedeció, aunque la vista se le nublada — ¿Ya está?
— Sí
— Sentate en el borde y respirá. — Finn se sentó como pudo, apretando su celular — Inhala, exhala. Respirá conmigo — Estaban respirando juntos, y poco a poco Finn se sentía más aliviado — Todo está bien. Ahora tratá de dormir y escuchá música que te releje
— Gracias, Jack — Dijo, algo mas calmado
— No es nada, sabes que siempre estaré. Cualquier cosa llamame
— Sí, no te preocupes, adiós
— Adiós, Finnlard

Cortó la llamada y colocó los auriculares en cada oido. Reprodució “ Six feet under ” y después “ Magic ”, “ The scientis ”, “ I wanna be yours ”, entre otras. Y se quedó dormido.

7:30 de la mañana.
Finn se levantó con un gran dolor de cabeza. Se sentía mareado y le costaba abrir los ojos, ¿Por qué era tan difícil levantarse temprano?. Talló las manos por sus ojos y soltó un gran bostezo. Se levantó lentamente y caminó hasta el baño. Se cepilló, lavó su rostro, se puso una remera de gorillaz y un jean negro, con unas zapatillas negras. Delineó sus ojos y se dirigió a su cuarto. Agarró su celular, y al ver que marcaban las 7:40 saltó de alegría.

— ¡Sí! — Gritó con emoción. Cada vez tardaba menos en alistarse. Agarró su mochila y salió por la ventana. Tenía pensado ir en motocicleta, pero recordó que su estúpido padre, le había quitado las llaves.

Caminó por los pasillos, iría a detención otra vez. Ya era algo habitual, más que nada porque era lunes...
Empujó la pesada puerta del aula de detención, y se encontró con Jaeden, quien no dudó en chocar los cinco al verlo. Después saludó a Iris, Wyatt, y los demás. Cuando se sentó atrás, se dió cuenta de la presencia de una castaña con pelo corto, ¿Millie?. Tal vez sólo estaba soñando...
La castaña miraba su hoja, y no podía resolver nada. Sí, efectivamente era Millie, además, llevaba un buso negro, algo normal en ella, y nunca iba gente tan...diferente a detención, porque sí, tenía que admitirlo, Millie era diferente a las chicas del colegio. Ella era tímida, dulce y amarga al mismo tiempo. Al verla, notabas una chispa en sus ojos. Podía estar deprimida, eso lo sabía bien, pero nunca dejaba que se notara, siempre irradiaba alegría. Wolfhard lo sabía por Jack. Decía que en su trayecto al colegio, la castaña estaba malhumorada, pero siempre intentaba que no se notara, y era chistosa, algo que para Finn era imprescindible.
La mayoría se había ido. El pelinegro había terminado sus ejercicios, pero estaba esperando a que el profesor se vaya, porque quería hablarle a la castaña, y tal como lo tenía planeado, pasó. El profesor salió unos minutos, y Wolfhard aprovechó para acercarse.

— ¿Dificil? — Preguntó, sentándose a su lado. Millie lo miró y rodó los ojos. ¿A caso estaba enojada con él?, ¿Por qué? — Mal chiste, lo siento — Se disculpó, agachando la cabeza, y haciendo que Millie mirara su hoja, y lo ignorara por completo. — Te puedo ayudar — Sugirió, agarrando el lápiz de la chica.
— No — Le arrebató su lápiz, y corrió la mirada a su hoja.
— ¿Estás enojada? — Preguntó, frunciendo el ceño. Millie no aguantó más, y se giró para mirarlo a los ojos.
— Sí. — Finn abrió los ojos más de lo normal, era una broma, no pensó que ella estuviera enojada con él, al menos, no tenía una razón para estarlo, o eso pensaba...
— ¿Por qué? — Preguntó, incrédulo, y sonriéndole de lado
— Me decepcionaste. — Se volvió a girar, y a clavar su vista a la hoja
— ¿Qué?, ¿Yo?. Ni siquiera nos conocemos bien como para que te haya decepcionado — Frunció el ceño. La chica, se volvió a girar, rodando los ojos, y mirándolo cansada
— Le haces bullying a mi mejor amigo. — Escupió fríamente, haciendo que Wolfhard se paraliza. ¿Cómo lo sabía?, ¿Él le había dicho?, ¿Cómo se enteró?, ¿Qué se suponía que diría ahora?
— Emm... Ah....yo — Rascó su nuca, y miró el suelo — Me arrepiento. No sabía que era tu amigo, pero ya no lo molestamos más
— ¿En serio? — Preguntó, indignada — ¿Y si no era mi amigo?, ¿Le seguirías pegando? — Auch, eso fué un golpe bajo para Wolfhard. Sinceramente, ya no sabía qué decir.
— Lo siento — Fué lo único que le salió — Por defenderlo me comí una gran paliza — Confesó, sin mirarla a los ojos.
— ¿Por qué? — Preguntó, frunciendo el ceño
— Porque no era mi amigo, y Jaeden se enojó, entonces me golpeó. Igual, me lo merecía...
— Coincido contigo. Te lo merecías. —Se volvió a girar
— Es que no lo entiendes — Suspiró — Jaeden es popular, y está en la mayor parte de la pirámide en donde todos le temen y hacen lo que dice. Siendo mi amigo, me pegó por defender a tu amigo, ¿Imagínate si no le obedezco? Me mataría.. — Rascó su nuca y agachó su cabeza
— Algunos de sus amigos no hacen eso.
— Porque somos amigos, pero conmigo es diferente
— ¿Diferente? — Lo miró sobre su hombro — ¿Por qué?
— Porque él sabe un secreto, y si lo llega a decir, me tratarán como estúpido, me insultaran y la escuela sería un infierno.
— ¿Qué secreto?
— Uno personal — Se dignó a mirarla. Lo bueno es que ya no lo miraba con odio en sus ojos, más bien, con... ¿Compasión?.
— Bueno, si es personal, no me meteré
— Gracias — Susurró. La chica frunció el ceño — Por no seguir preguntado. Ni mi novia lo sabe — Confesó
— ¿Es muy grave?
— Ammm, creo que no. A veces sí es grave... — Desvió su mirada, le estaba incomodando el tema
— Bueno, si necesitas ayuda, estaré aquí — Sonrió, y volvió a mirar su hoja.
— ¿Te puedo ayudar? — Preguntó, tras unos cinco segundos infernales de silencio e incomodidad. Ella suspiró y asintió.