-Miralo tú mismo.- giro mi cuerpo lentamente en la dirección que señala Derek, sus cejas están fruncidas y su rostro serio.
- Esto no puede estar pasando.-
-¿Ustedes sabían esto?- sus ojos sólo expresan decepción, mi camiseta es lo único que tapa su lindo y escultural cuerpo.
-No lo sabiamos, ninguno lo sabía, Ab.- Jayden intenta acercarse a ella para consolarla pero esta se quita-¡Ustedes planearon esto! Quitense no quiero verlos.-
-¡Abi, no te vayas! Dejame hablar contigo.- corro detrás de ella pero alcanza a cerrar la puerta de mi habitación en mi cara.
-¡Déjame en paz, imbécil!-
Dejo de insistir por unos minutos, no quiero que se enoje más.
****
No se cuanto tiempo llevo buscando la llave de repuesto de mi habitación, todos los chicos ya están dormidos, cada uno con quien corresponde, todos intentaron disculparse pero Abi no quiere escuchar a nadie.Después de tanto buscar decidí sentarme en el suelo y así he estado en la última hora.
Bajo a la cocina por un vaso de agua fría y ahí es donde recuerdo que mamá guarda las llaves de repuesto en uno de los cajones de la alacena, rebusco en cada uno de ellos hasta que las encuentro. Voy corriendo a la habitación y aquí es donde me doy cuenta que no tenía seguro, un completo imbécil, eso es lo que soy.Me adentro en la habitación silenciosamente, la luz esta encendida, Abi de encuentra dormida en el suelo, enrollada en una sabana roja. Como si no pesará nada la cargo como recién casados y la coloco en la cama, esta sólo se estira pero aún así no se levanta, tomo la sabana del suelo y se la paso por encima, dejo un beso en su frente y rodeo la cama para tomar una almohada y del armario saco una sábana gruesa, para colocarlas en el piso y acostarme a dormir.
****
Me levante perezoso por el sonido de la alarma y mire la hora, eran las 5:00 de la mañana, no dormí nada, pero ya me había acostumbrado a madrugar, incluso sin dormir aún teníamos tiempo de asistir a clases.Baje a la cocina somnoliento y saque todo para preparar unos panqueques. Media hora después tenía todo listo, incluso ya había desayunado. Salí de la cocina con una bandeja de madera en mis manos y me dirigí a mi habitación, la puerta estaba entre abierta, la abrí de una suave patada y ya adentro deje la bandeja en mi mesita de noche y me senté en la orilla de mi cama mirándola, su cabello era una maraña y su boca estaba abierta, de esta salía un chorro de saliba, que se acumulaba en mi almohada, horrible y asqueroso pero encantador.
La moví un poco y escuche un gruñido de su parte, quité mi mano e intente despertarla con besos en lugares donde no tenía saliba, eso sí la desperto, reí bajo mirándola.
Al verme ahí fruncio sus cejas y sus labios formaban una fina linea, quito la saliba con su camiseta y siguió en la misma posición.
-Mira, hoy no quiero pelear contigo, por favor, sólo quiero pedir disculpas y decirte que ninguno de nosotros sabía lo que pasaría, ese era el chiste del juego, que nadie debía saberlo hasta que acabara. Tampoco quiero que me odies por lo que hice, no sabía que eras tú, sí, acepto molestarte, soy así. -Hago una pausa al ver que su rostro solo expresa sorpresa.- Así que lo siento, ¿vale? Se que yo no era la persona que esperabas, pero paso y ya no podemos cambiar eso, además, nunca había disfrutado tanto estar con una chica.- dicho esto último tomo la bandeja y la coloco en sus piernas.- Anda desayuna, tenemos clases hoy.- su sonrisa se amplia al ver la bandeja y su contenido, toma un poco de jugo de naranja, a su lado esta el café y los panqueques con su miel.
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Solo somos PRIMOS
FanfictionMi vida era normal, como la de cualquier chico de 18 en último año de preparatoria. Tenia todo lo que quería, las mujeres caían a mis pies, yo no tenía problemas. Pero un día la vi, al pie de la escalera de mi casa y desde ahí supe que ella seria mi...