– Oye Nani –Exclame entrando en la cocina –he estado considerando la propuesta que me hiciste la otra noche.
– ¿Qué cosa, cariño?
¿Acaso es lo que estoy pensando? –Me miró confundida, asentí con la cabeza y colgó el trapo de limpiar que traía en su hombro –¿Quieres hablar de eso? –preguntó, aunque era muy obvia mi respuesta.Se sentó en una banqueta y se decidió a escuchar, como siempre.
– Últimamente he estado pensando que debo tomar una decisión, ya sabes -Pause- con todo esto de la enfermedad y el dinero que tengo a mi cargo.
Nani.–me limité a decir.– Yo lo comprendo, cariño. –Acarició mi mejilla con sus dedos y luego me atrajo a su cuerpo – ¿Qué quieres que haga con eso? –Preguntó. Debía hacerlo.
– Organizarlo, por favor –Pedí –aunque no quiera hacerlo.
– Llamaré a Mitch para que me ayude y en tres días estará listo –Se puso de pie y tomó sus artículos de limpieza –Es la decisión correcta, Ashton –Me dijo y luego cruzó la puerta de la cocina.
*...*
– ¿Prefiere leerlo o lo leo yo? –Preguntó el doctor a cargo.
– Léalo, quiero que Marie lo sepa también –Respondí. Marie, mi nana, estaba a mi lado y esperábamos la misma respuesta. Cualquier cosa que fuese buena.
– El resultado de los exámenes llevados a cabo –Aclaró su garganta, nos miró y regresó la mirada a la hoja –A cabo la semana pasada con fines de resolver los síntomas del paciente Ashton Irwin son… –Nos miró nuevamente.
– Por la mierda, Doctor, léalo ya –Le dijo nani y no pude evitar soltar una risa traviesa.
– Son positivos.–Esa frase significó una sola cosa. Yo tenía cáncer.
*...*
Me encontraba sentado frente a la TV, pensando en que haría con lo que me quedaba de vida.
Marie me había llevado una taza de chocolate caliente y Mitch una manta de felpa azul, mi favorita. Había estado muy deprimido desde que me enteré del cáncer, sus efectos y como estaba terminando con lo poco que me quedaba. Tomé la decisión de no recibir el tratamiento de quimioterapia, porque si Dios había decidido colocar la enfermedad en mi camino tendría una razón de ser, además, prefería disfrutar los últimos meses que me quedaban sin sufrimientos químicos en mi cuerpo.
Yo, Ashton Irwin, era conocido como “Ashton, el empresario mas poderoso”, desde la muerte de mi padre. El imperio de ventas entero había quedado a mi cargo desde los dieciocho años y me vi comprometido a soportar una infinidad de responsabilidades.
Nunca me preocupé en el matrimonio, o en las novias. Prefería un millón de veces salir a dar un paseo y organizar mi agenda que casarme y tener hijos con una mujer, no porque yo fuese un machista, sino porque jamás encontré una mujer a la que amase con el alma entera y pudiese entregarme a ella. No me llamaba la atención.
Era el hijo único de una pareja de empresarios, tristemente muertos para ese entonces.
Marie, mi nana, me repetía diariamente que debía encontrar a una esposa o a un heredero merecedor de mi fortuna, porque pronto algo podía pasar, y esas palabras me hacían pensar que ella sospechaba del cáncer mucho antes de que llegase. Una noche me propuso una serie de ideas para encontrar a esa mujer quien fuese indicada para el puesto, pero yo no me decidí a escuchar.
Los Flack habían estado fastidiando con todo ese rollo de entregarme a su hija, Caroline, para ocupar el puesto de mi esposa. Pero no había aceptado ningún tipo de propuesta, además, ella ya tenía un hijo, y este sería reconocido como un bastardo mío.
Una de las ideas de nani que más llamó mi atención, fue asistir al “Daily Break” para una entrevista y allí anunciar que buscaba un heredero, para ahorrarnos los dramas. Esa tarde confirmé la idea.
Yo estaba por morir, eso era seguro. No había dejado que nadie lo supiera y nadie lo haría, porque yo era Ashton Irwin, el empresario más poderoso de Sidney, y no podían enterarse que estaba por terminar mi puesto, porque el pueblo entero querría abordar mi dinero.
Si iba a partir debía decidir a quien dejaría todo mi dinero, no quería que quedase en manos de alguien malo, todo el esfuerzo y sudor de mis padres iba puesto en los imperios comerciales que habían construido, y no tenía algún hermano, primo o amigo a quien dárselo, la mayoría de mis amigos estaban centrados en las fiestas y el sexo… no quería eso para mi negocio.
Así que, luego de seriamente meditar y considerar una variedad de opciones, acudí a Marie, y le pedí que organizase el evento, los preparativos y en tres días yo anunciaría la búsqueda de mi primera y única esposa para recibir todo a mi cargo, luego de mi partida al otro mundo.
---------------(|)----------------
Decidi arreglar esta novela.
Arreglos ortograficos, todo.
-Noe xx.
ESTÁS LEYENDO
short life » irwin (editando)
Fanfiction"Encontrando una esposa antes de morir ¿que tan dificil puede ser?"