Capitulo 34

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“Feliz cumpleaños, Ashton" 

—He venido, ¿Cómo se encuentra? —le pregunté a aly.

Ella sonrió.

—Te estábamos esperando —me abrazó y tomó mi abrigo —. No quiere ver a nadie, solo te quiere a ti dentro.

—Subiré —les dije.

Niall me abrazó fuerte, y antes de irme, me pidió que no llorara frente a él.

¿Acaso tan mal estaba?

Entré lentamente asomando mi cabeza por la puerta. Y lo vi allí, recostado con la vista a la ventana, con un cigarrillo en la mano.

Corrí, y se lo arrebaté con un golpe rápido.

— ¿Qué demonios te pasa? —le pregunté —, ¡No puedes fumar!

—Cálmate —me dijo.

Sus ojos estaban amarillentos, al igual que sus uñas, y sus labios eran morados.

—Es una droga legal para que no me duela tanto, _________.

—Perdona —le dije —, me descontrolé un poco.

Metí mi mano en su brazo, pasándolo por su cintura y él rodeó mis hombros con su brazo.

Besó mi cabeza, y me atrajo a su cuerpo.

— ¿Cómo te sientes? —pregunté.

—No voy a mentirte… me está doliendo demasiado —dijo.

— ¿Qué sientes?, explícame.

—Me duelen las articulaciones, la cabeza y… ya casi no puedo caminar.

— ¿Qué te ha dicho el doctor?

—Que debo evitar hablar, y hacer actividades que gasten mi energía.

—Mañana iremos a…

—No, Sol. Ya he hablado con el doctor y…

—Calla —puse mi mano en su boca —, no debes gastar energía —me excusé.

Ayudé a que se recostara de vuelta en la cama, y me senté a su lado.

Pasé mi mano por su cabello, repasando sus marcados y bien formados rulos, que caían hasta sus orejas.

Besé su nariz, sus robustos labios y sus mejías tantas veces como pude. Le dije que lo amaba, me dijo que me amaba, y en todo ese tiempo, me esforcé como nunca en no llorar.

Lo tomé de la mano, justo cuando comenzó a cantar una canción de los Beatles –a petición mía –y lo acompañé, aunque cantaba horrible.

Fue un momento único. Extraño, y probablemente estúpido y escandaloso. Pero fue nuestro momento.

Volvimos a reír, ignorando el hecho de que el amor de mi vida estaba en sus últimas.

—Bizcochos, chocolate y té de manzana… ¿Pie?

—De queso —sonrió.

—Ok. Regreso en unos minutos. No hagas nada malo.

—Te esperaré con Hinnie —me tiró un beso con la mano, y me dejó ir.

Cogí las llaves del auto, y conduje hasta el Mall, en donde compré todo lo que mi esposo me había pedido.

— ¿Cocina algo en especial? —pregunta el cajero.

Le sonreí, y asentí.

— ¿Para alguien especial? —asiento.

—Mi esposo —le digo. Él parece asombrarse, pero luego sonríe y me da mi cambio.

short life » irwin (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora