La mañana se ve sombría las nubes grises cubriendo el cielo, con los dientes apretados, delante de ella las hojas blancas de papel.
- 500 veces. Murmuro para sí misma suspirando. Habría sido suficiente sien.
Saloné está sentada en el sofá con un libro en la mano haciéndole compañía, es su modo de apoyarla.
Ya ha pasado media hora y todavía no escribió ni una palabra, sujetaba con tanta fuerza la pluma que la punta de sus dedos se volvió blanca.
Con gran dificultad empezó a escribí... A su majestad no se le pega. Cada letra era como una flecha en su alma.
"- Me voy a desangrar de rabia. Pensó de mala gana"
- A este paso no voy acabar nuca. Sentía una cólera que quería gritar.
Noto una presencia sobre su hombro y al voltear la cabeza se encontró cara a cara con el pequeño rey sintiendo su respiración sobre su cara, su corazón se aceleró sentía como si su alma habría salido un momento de su cuerpo del susto para que luego volverse como electricidad sobre su piel, salto de la silla como quemada. La silla se cayó al suelo con un leve sonido de choque de maderas.
Su cara de autosuficiencia era tan irritante que podía imaginarse a sí misma saliendo humo por sus orejas pequeñas.
Lucius mira el papel con interés y lo lea en vos alta.
- A su majestad no se le pega, y con la pluma escribió algo a continuación luego miro hacia ella, con una gran sonrisa.
- ¿Como esta mi prometida?
Su tono no le gustaba era demasiado dulce y de alguna manera le irritaba.
- Prometida una mierda, dijo agarrándolo del cuello de su camisa. ¡Acaso quieres morir maldito mocoso!
- A su majestad no se le pega, repitió las palabras con una sonrisa divertida.
Se lo pasaba en grande a su cuenta y en ese preciso momento entro Alferi en la habitación con su hermana Saloné, cual otra vez salió corriendo por Alferi sin que se hubiera percatado.
Alferi tosió, XinEarl se quedó congelada por un momento y volteo la cabeza despacio y suelta a Lucius, con una sonrisa forzada en medio labio.
- Solo le estaba arreglando el cuello, lo tenía torcido, dijo con una sonrisa tímida quería evitar a toda costa otro castigo ya con 500 veces tenía más que suficiente.
- Arréglalo bien, dijo Lucius acercándose más a ella con una sonrisa traviesa.
Le echa una mirada asesina, pero como estaba su padre mirando le empezó a arreglar el cuello con manos temblorosos.
- Te odio, susurro tan despacio que no estaba segura si él lo escucho.
- Te traje algo, dijo poniéndole en la mano un libro envuelto en piel marón con margen dorado, en sus ojos por un instante habría jurado ver una chispa de dolor. Salve Lord Alferi. ¿Cómo está hoy? Dijo con una gran sonrisa acercándose a él.
Saloné se acercó a ella con una mirada preocupada, mientras que el rey se acercaba a Alferi.
- Salve su majestad. Muy bien gracias por preguntar. ¿Cómo está usted también? Le sonrió e hiso una reverencia.
- Bien, aquí divirtiéndome con mi prometida, dijo echando una mirada hacia XinEarl su mirada asesina parecía que le divierte mucho.
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El Fénix azul
FantasyMurió y reencarno en un nuevo mundo lejano en el universo... pero al final regreso al lugar que pertenecía, mientras descubre el nuevo mundo al cual pertenece...también descubre su identidad como soberana de los fénix y poco a poco descubre su misió...