Alejandro.
Me levante de un susto, me quede en mi departamento por si a alguien se le daba venir a buscarme. De la nada sentí golpes en la puerta, bruscos e intensos. Abrí rápidamente para darme cuenta de que eran Sam y Mike, mis mejores amigos de la infancia. Entraron nerviosos y alterados. Entraron en la cocina y empezaron a empacar toda la comida y bebidas que veían en unas mochilas algo viejas.
- Chicos, les agradecería que me dijeran porque toman mi comida. Acordamos que no lo volverían a hacer en caso de que algo "Grave" ocurriera. – torcí los ojos y cruce mis brazos.
- Alejandro. Afuera ocurre algo grave, esta de la mierda. Tienes que salir y mirar.
Mire por la ventana de mi sala de estar. La gente caminaba despacio, su ropa llena de sangre y sus cuerpos podridos. Solo podría ser una cosa.
Zombies, con que eso son esas cosas. Buscamos en mi armario y otras partes de mi casa armas y municiones que podían ayudarnos. Cuando salimos, al bajar la escalera, cuatro zombies nos esperaban, a los cuales les disparamos directamente en el cráneo. Caminamos hasta el garaje y tomamos la Range Over que mi padre me obsequió. Mis padres... ¿Dónde podrán estar?
- Alejandro, ¿Crees tener señal en tu teléfono? – Preguntó Mike mientras encendía la camioneta.
- Creo que sí. – Mire la pantalla. – Diablos, no tiene carga.
- Que inteligente. – Bromeo Sam desde atrás.
- Sí, sí. Lo importante en estos momentos son las chicas.
Las chicas. Nuestras novias. Tienen que estar bien, ellas nos nuestro todo como para que algo les pasé.
Nos dirigimos a la casa de Amy, mi pareja actual. Golpee la puerta cuando siento algo colgando en mi cuello. Le devolví el abrazo a Amy y besé su frente.
- ¿Estás bien?
- Sí, Rachell y April están conmigo en la sala, vengan.
Los muchachos salieron de la camioneta y entramos a la gran casa. Sam y Mike dieron un suave beso a sus novias.
- Mi amor, ¿Qué está pasando?
- Rachell, son Zombies y eso no es normal
- Pero, pensé que eso era realmente imposible.
- Pues no lo es.
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Walking With Zombies
Science FictionNo puedes creerlo hasta que no conozcas nuestra historia