La presencia de satán atraía demonios de bajo nivel, Yukio los mataba con facilidad, pero eran bastantes. El objetivo de estos seres era distraerlo lo suficiente para que se llevaran a su hermano. No podía permitir eso.
-¡Ni-san!-Lo llamo sin respuesta alguna.
Debía estar cerca. Apretaba varias veces el gatillo de su arma, las balas benditas atravesaban a los demonios amorfos y explotaban para luego desaparecer.
Una vez elimino a cierto número para hacerse un espacio y poder, corrió en dirección de un color azul en los árboles. Se estaba moviendo.
No. Esas eran las llamas azules. Las llamas de Satanás.
¿A dónde estaban yendo? No podía visualizar a su gemelo por la distancia. Se alejaba cada vez más. Estaba huyendo.
No sabía si eso era bueno o malo. Satanás era más rápido que él y estaba por alcanzarlo.
-¡¡Rin!!-Grito con desesperación al recargar una de sus pistolas.
Su hermano podría irse de su lado por culpa de Satán. No podría permitir eso. No iba a permitirlo.
Tenía miedo, no iba negarlo. Que ese hermoso ser que tanto ama lo abandone y que esté en peligro lo aterrorizaba.
Los demonios los estaban persiguiendo, Yukio solo los ignoraba.
"Rin, espérame. Te prometo que esta vez seré yo quien te proteja"
Suspirando por la boca y con un poco de sudor, Rin intentaba calmarse aunque ahora eso era imposible. Luego de correr tanto como pudo. Llego a su destino.
El cementerio de Shiro Fujimoto.
Estaba totalmente destrozado. Todo estaba hecho cenizas, incluso las demás lapidas de los costados. Bajo tierra se encontraba el ataúd de madera, algunas partes estaban quemadas y la mayoría hecha pedazos. Pero lo que más le llamo la atención era...que estaba vacía.
El cadáver no estaba. Entonces no era una ilusión. Quien se estaba acercando lentamente a él era Shiro.
Rin lo miro con un poco de temor. Shiro desprendía unas llamas azules, sus orejas estaban sumamente largas, y sus colmillos como dagas letales en su siniestra sonrisa. Sus ojos eran rojos y atemorizantes.
No. No era Shiro. Él no era su padre.
-¿Qué pasa? ¿Querías comprobar que este era su cuerpo?-Satanás carcajeo con ironía. El cuerpo de Fujimoto se empezaba a podrir. Sus mejillas se quemaban por el fuego.-Mierda, este cuerpo no soportara demasiado...Soy demasiado fuerte para Assiah. Pero sabía que solo un cuerpo de un Paladín como Shiro sería lo suficientemente resistente para mantenerme unos minutos.-El rey de Gehena sonrió con sadismo.-Fue buena idea matarlo y esperar cuatro años para usarlo como muñeco.
Rin abrió los ojos al escucharlo.
-Tú fuiste el culpable de la muerte del viejo...de mi padre.
-No Rin. Yo soy tu padre.
El demonio daba pasos hacia él con cautela. El miedo volvió a inundar a Rin.
-¡¡NO TE ACERQUES!!
El grito de Rin fue como un interruptor para su cuerpo frente Satán. Frente al miedo. El fuego de color cielo aparecieron en todo su ser. No quemaba, se sentía cálido. Como los abrazos que él le brindaba a Yukio cuando lo protegía. El temblor se alejó de su cuerpo y la confusión se apodero de él.
Satanás rio a carcajadas.
-¿Tienes miedo?-Empujo a Rin y él inevitablemente cayó en el agujero de la tumba de Shiro.
-¡Ah!-El polvo cayó en su rostro y ropa, pero las llamas aún seguían rodeándolo. Su mano sentía un tacto extraño, cuando se movió Rin dio un salto hacia atrás. Esa cosa le tomo de las muñecas y como si fuera arena movediza comenzó a absorberlo. El agujero en donde se encontraba se expandía y un circulo con ojos, y extrañas formas comenzaba a engullirlo.-¿Q-UÉ? ¡NO! ¡SUÉLTAME!
-¡NI-SAN!
La voz de su hermano menor era como una pequeña soga que lo sostenía aun de la realidad. Incluso en un momento así, esa cálida y grave voz pudo tranquilizarlo.
-Yukio...-Rastro su nombre por su garganta. Se escucharon muchos disparos y Rin levanto la vista, Yukio estaba peleando con Satán.
La bala bendita viajo desde la pistola de Yukio, hasta el cráneo de Shiro Fujimoto, estaba profanando el cadáver de su padre, pero sería capaz de matarlo a él si estuviera vivo, solo si Rin se lo pedía.
Satanás se llevó sus manos a su cabeza, gritando de agonía, su piel empezaba a derretirse. Los demás demonios corrieron hacia Yukio, él al observa como Satán se acercaba a su hermano, lanzo a Kurikara adentro de la tumba.
Los demonios lo atacaron de nuevo, Yukio los esquivaba y disparaba con más velocidad. No se imaginaba lo confundido que Rin debía estar ahora, tenía que decirle porque le dio la katana.
-¡Ni-... ¡¿Eh?!
Yukio contemplo la tumba de Shiro, las llamas azules invadieron sin piedad el terreno. Rin salió de un gran salto, con sus orejas largas, mostrando sus colmillos y con la katana a sus manos, apuntando a Satán. Una delgada línea salía de la parte baja de su espalda, por su cadera, una cola. La cola de Rin demostraba que dejo su humanidad. La persona que amaba se había convertido en un demonio.
El pecho fue atravesado por la katana, Rin lo hizo sin vacilación alguna. Satán grito por última vez, un grito que hizo que las aves a su alrededor cayeran muertas en el suelo tan frío como la mirada de Rin, a pesar de que estuviera envuelta en llamas. El fuego del cuerpo de Shiro fue extinguiéndose. Su mano agarro la hoja de Kurikara, con lentitud.
La mirada de Satán había cambiado, sus lágrimas de sangre caían de sus ojos muertos al rostro de Rin. Los ojos de Shiro Fujimoto. Su padre le estaba diciendo adiós. La sonrisa de su padre rompió el corazón de Rin, su nariz se tornó roja y sus ojos se humedecieron.
La mano de Shiro toco gentilmente su mejilla, a pesar de que el fuego lo lastimara no mostro signos de dolor. Volvió a sonreír con ternura a su hijo para fallecer, su mano se tornó negra y luego en polvo que se lo llevo el viento. Los ojos de Fujimoto se cerraron, convirtiéndose todo su cuerpo en polvo negro.
Rin enfundo a Kurikara, al mismo tiempo el fuego desapareció en él, sus orejas regresaron casi a la normalidad, ahora eran ligeramente puntiagudas. La cola también se quedó, como si fuera la de un gato, demostraba sus emociones, estando baja por la tristeza de su hermano mayor. Su cabello tapaba sus ojos, y la lluvia que invadió el lugar lo empapó. Parece que si Dios de verdad existiera no le tendría compasión a su gemelo, esa lluvia lo demostraba.
¿Era así como demostraba su consuelo? Los humanos veneraban a un ser estúpido.
-Ni-san...
La lluvia que recorría su rostro pasaban por sus mechones negros hasta sus mejilla, él miraba hacia el cielo, como viendo a su padre.
"Estas llorando por dentro." "También tengo el corazón roto, hermano."
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"EL PECADO DE AMARTE"
FanfictionPROLOGO ¿Qué seamos hermanos esta mal? no me importa, eso no me va a hacer cambiar de opinión. Si te enteraras de mis sentimientos por ti te aterrarías . ¡Te daría asco? de seguro si, pero solo déjame estar a tu lado y amarte. Esta bien si no me mir...