Epílogo

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Otro sueño interrumpió el anterior, Amber veía a Margareth, vestida de blanco, veía esos ojos azules enfrente de ella, sus ojos resplandecían, la abrazaba fuertemente...

—¡Mar, no te vayas! ¿Por qué te vas...? ¿Es un sueño verdad? ¡No me dejes! ¿Por qué nos dejas? ¡Te necesitamos!

—Yo nunca te voy a dejar Amy —decía Margareth sonriendo tiernamente, mientras acariciaba su rostro, limpiando sus lágrimas— siempre voy a estar contigo, con las dos, en cada paso, aunque no me veas... en cada momento estaré, te he amado desde el primer momento en el que te vi, y cada día te amé más, lo sabes, nunca amé a nadie más que a ti, tú fuiste la única para mí, la única, y nunca, nunca vas a estar sola mi lady rubia... Nunca van a estar solas, mis ladies —Amber la abrazó con fuerza, sintiendo el cuerpo de Margareth más suyo que nunca— Cuando veas una mariposa, ahí estaré —agregó Margareth llena de amor y le besó la frente.

Fin...

Hay mariposas en todas las estaciones. PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora