A veces me daba miedo amarte,
me dabas miedo tú,
me daba miedo yo,
me daba miedo todo,
porque todo era tan grande que me parecía inmenso,
y porque yo me perdía en esa inmensidad.
Pero siempre que me perdía, allí estaba tu mano salvadora,
estaban tus ojos que me sujetaban
y tu cuerpo liberador.
Estaba tu voz que era como escuchar mi canción favorita,
esa que en los peores momentos me calmaba,
estaban tus abrazos que me sostenían
y tu amor total que me quitaba los fantasmas.
Estaban las noches de insomnio en tu cuerpo,
nuestros besos en los domingos inciertos,
y estaban todos esos momentos perpetuos.
Y el miedo desaparecía,
y ya no quedaban grietas ni llagas,
y las ganas de huir se cambiaban de ropa,
se ponían el vestido que decía:
yo me quedo aquí.
Y entonces comprendí que tu amor era lo que necesitaba,
que contigo las ganas de huir eran nada,
que en ti estaba aquello que no sabía que me hacía falta.
Porque el miedo contigo se vestía de amor.
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Hay mariposas en todas las estaciones. Poemario
PoesiaEl amor es como una mariposa; mientras más lo persigues, mientras más vas detrás de él, menos se queda, más se escapa, no aparece. Pero si te dedicas a cuidar tu jardín, a no ir detrás de él, a contemplarlo, a estar ahí sin esperar, de pronto, el am...
