Capítulo XIV

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Aún con los ojos cerrados sonrió y se hizo bolita, acercándose cada vez más hacia esa fuente de calor que lo mantenía abrazado. Estaba bastante consiente de que se trataba de ChanYeol, pero le importó bastante poco que fuera su exprometido quien lo abrazaba. Estaba más concentrado en pensar en las posibilidades de que estuvieran acostados ambos sobre la cama matrimonial de la cabaña.

Sin embargo, fue un poco más consiente y sintió. Donde estaban acostados no era tan blando como recordaba que era la cama en la que deberían estar acostados. Además, sintió a quien estaba a su lado y la ropa de este, tratándose específicamente de ChanYeol, y nadie sabía más que él que su exprometido no usaba camiseta para dormir.

Abrió los ojos, encontrándose directamente con el hombro de su exprometido, quien usaba aquella camiseta anaranjada con gris. Cerró los ojos e hizo una mueca mientras hacía su cuerpo hacia atrás con la intención de tener un poco más de espacio y pensar que realmente no volvieron.

—ChanYeol —llamó con desgano.

El aludido frunció el ceño aún con los ojos cerrados y se giró un poco sobre la colchoneta, al menos lo suficiente como para quedar apegado a BaekHyun otra vez.

—ChanYeol —nombró otra vez y el aludido abrió los ojos, con los cuales le miró de manera brillante, cosa que rápidamente desapareció.

—No volvimos.

Negó mientras hacía una mueca, dándole la razón.

ChanYeol suspiró profundamente y volvió rodar sobre la colchoneta para quedar con la mirada hacia el techo.

—No volvimos —repitió lo obvio.

BaekHyun se mordió el labio inferior y dirigió su mirada hacia otro lugar mientras deseaba profundamente no llorar. Lamentablemente, no pudo contenerse y terminó por soltar la primera lágrima, cosa que lo obligó a sentarse para que el pelirosa no viera lo tanto que le afectaba la situación.

—Baek —llamó el contrario desde abajo—, es mejor que nos vayamos de aquí y volvamos a nuestras habitaciones.

Negó con la cabeza—. Quedémonos aquí un poco más. Pagamos por entrar y, a pesar de que no volvimos, hagamos que ese dinero valga la pena.

El pelirosa soltó una pequeña risa con la intención de hacer más alegre la situación, cosa que no funcionó.

BaekHyun se volvió aún más sensible cuando ChanYeol puso uno mano sobre su espalda con la intención de darle apoyo. Aquello, de manera inevitable, lo hizo sentirse aún más triste y desanimado, tanto así que se le fue imposible no llorar. Debido a eso, ChanYeol se enderezó y lo abrazó con fuerza, permitiéndole ocultarse entre los brazos ajenos.

—No te preocupes demasiado. —El otro le acarició con suavidad la espalda—. Estoy seguro de que volveremos.

—Pero ¿cuándo? —preguntó con la voz entrecortada debido al llanto—. ¿Cuánto tiempo nos quedaremos aquí, ChanYeol? De verdad quiero volver a casa.

—Sólo tenemos que seguir intentándolo.

BaekHyun dirigió la mirada hacia su exprometido, quien lo miró con ojos esperanzadores. Soltó un suspiro y dejó escapar algo de la presión que sintió en el momento.

—Vamos a bañarnos y disfrutemos de esta mierda.

No se opuso cuando ChanYeol lo tomó del brazo para levantarlo. Luego el chico tomó las colchonetas para dejarlas donde las sacó y ambos se dirigieron hacia una habitación cualquiera con la intención de distraerse. Finalmente, se metieron en la piscina temperada, donde se recostaron un momento entre la demás gente que estaba ahí. Ninguno de los dos pareció estar consciente del tiempo, al menos no lo hicieron hasta que ChanYeol le propuso que fueran a otro lado. Fue ahí, justo cuando se levantaron, que se dieron cuenta de un pequeño detalle que había en sus cuerpos.

Regresión • || ChanBaek ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora