Capítulo XXIII

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—¿Estás seguro de que es por aquí?

—Por supuesto que es por aquí. He vivido toda mi vida aquí y sé perfectamente dónde queda esa casa —susurró ChanYeol sin aliento mientras continuaba con la caminata.

—Es que no veo ninguna casa cerca.

Ambos se encontraban caminando por el pequeño camino de tierra que habían hecho los autos que pasaban de vez en cuando por el lugar.

Sus cuerpos estaban sudorosos por el constante esfuerzo y el calor que hacía en el lugar, donde lamentablemente no había mucha vegetación.

Ya habían pasados unas horas desde que se habían bajado del bus y ni siquiera habían pasado a la casa de sus padres antes de dirigirse a la casa de la supuesta bruja. De hecho, pasaron directamente hacia allá.

ChanYeol estaba tan arrepentido de no haber ido donde sus padres a tomar un auto, pero de igual forma no podía llegar a la casa con un chico al cual ellos no conocían y se quería ahorrar todas las explicaciones, al menos por el momento.

—Ya estamos por llegar.

Se pasó la mano por la frente con la intención de quitar el sudor y BaekHyun gimió agotado, se acercó hasta una roca que había en el lugar y se sentó sobre esta.

—No puedo más.

—¡BaekHyun! —El chico gimió nuevamente—. Tenemos que volver a nuestro presente real.

—Lo sé —El pelinegro hizo una mueca y luego se enderezó aunque continuó sentado en la roca—, pero no quiero seguir haciendo esto, ChanYeol.

Se acercó hasta el contrario con las manos en las caderas, principalmente con la intención de pararse derecho y tomar aire profundamente. Una vez que estuvo delante de BaekHyun se acuchilló para quedar más o menos a su altura.

—Cariño —lo llamó y el chico le frunció el ceño de manera tierna, casi de una forma inconsciente—, volvamos a casa.

El chico soltó un fuerte suspiro y ChanYeol se apoyó sobre sus rodillas para quedar más cerca de la cara del contrario y así tener la oportunidad de besarlo, cosa que desde hace tanto rato quería hacer, especialmente desde que el pelinegro empezó a remojarse los labios con constancia debido a que estos se estaban resecando por el calor.

Cuando lo estuvo besando procuró acariciarle las rodillas e impulsarse un poquito hacia arriba para que BaekHyun no tuviera que inclinarse.

No estuvieron mucho rato besándose porque las posiciones no eran las más cómodas.

Se puso lentamente de pie, teniendo siempre la mirada del contrario sobre sus ojos. Estiró la mano derecha cuando ya estuvo completamente recto.

—Vamos.

BaekHyun suspiró profundamente pero finalmente estiró la mano hacia él para tomar la suya y posteriormente levantarse.

—Está bien. Pero si no aparece la dichosa casa me tendrás que llevar en tu espalda de vuelta, ChanYeol —lo amenazó, aunque el aludido no hizo más que reír.

Continuaron con su camino y por suerte ya estaban más cerca porque lograron ver aquel espacio en el que estaba ubicada la casa, la cual parecía ser igual de vieja como la recuerda, aunque sí la pintura se veía en mejor estado.

—Por fin —soltó BaekHyun entre un soplido.

Se acercaron a la casa con paso rápido y tocaron la puerta, es ahí cuando les abrió la misma anciana que había visto cuando compraron los arándonos.

Efectivamente la mujer siempre había sido vieja.

Aunque BaekHyun no estaba muy consiente de aquello porque el chico soltó una exclamación sorprendida y dio un paso atrás, estando tan asombrado que parecía que en cualquier momento podría desvanecerse.

Regresión • || ChanBaek ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora