Capítulo IX

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—No sé qué te pasa, Baek —se quejó bajito mientras veía cómo su exprometido lo ayudaba a meter las cosas dentro de la cabaña.

—No entiendo por qué te quejas. Es mejor que estemos aquí en vez de la casa de tus padres. —Le envió una mala mirada al profesor—. No me malinterpretes, pero es más fácil mentir si estamos lejos. Me cuesta demasiado mentirles a la cara.

—Nos quedaremos en una casita mágica, BaekHyun.

—No seas idiota, ChanYeol. Aquí no se aparecerán duende ni hadas.

—No me refiero a eso, bebé... —ChanYeol se calló a sí mismo al darse cuenta de lo dijo, provocando que se notara aún más que dijo algo que no debió—. Lo siento. Se me salió sin haberme dado cuenta —se disculpó.

—No te preocupes. Son cosas que pueden pasar.

Se mordió el labio inferior al notar que BaekHyun le envió una mirada triste antes de tomar un bolso del interior del vehículo y volver a dirigirse hacia la cabaña.

Él siempre estuvo acostumbrado a decirle palabras cariñosas a su exprometido. Podía ser normal que se equivocara en ese tipo de cosas, ¿no?

—Bueno, respecto a lo que hablamos... —ChanYeol intentó retomar la conversación, por lo que volvió a ingresar a la cabaña para hablar con el profesor—. La cabaña no tiene ese tipo de magia.

—¿Entonces a qué te refieres, ChanYeol? Es simplemente una cabaña más.

—Tendremos sexo como inconscientes, BaekHyun —dijo sin filtrar, demasiado frustrado por la falta de atención de su exprometido.

BaekHyun se giró lentamente a mirarlo con expresión seria para luego largarse a reír tan fuertemente que llegó a asustarlo.

—Ya no somos estudiantes universitarios, ChanYeol. —El hombre se acercó hasta él y puso una mano sobre su hombro, como si estuviera consolándolo—. Sólo sigue soñando.

—No estoy jugando, Baek. —El aludido puso los ojos en blanco—. No sé qué mierda tiene esta casa, pero algo debe haber porque ni siquiera me dejaron entrar aquí para jugar cuando niño.

—Debe ser porque está amueblada.

—No siempre estuvo amueblada. Mis padres la arreglaron para nosotros.

BaekHyun frunció el ceño—. ¿De verdad tus padres se toman todo esto de la tradición en serio?

—¡Eso es lo que te estoy diciendo!

—Bien. Y si ese llegara a ser el caso, ¿qué podría ocurrirnos a nosotros? No somos una pareja.

—Aún no entiendes. —Cerró los ojos y soltó un suspiro—. No sé qué hay, sólo sé que es algo raro.

—Pues bien, supongo que tendremos que verlo entonces.

Al notar la mirada desafiante de BaekHyun decidió actuar de la misma manera infantil, importándole poco que ya ambos eran unos hombres lo suficiente mayores como para ponerse a discutir por aquello.

—Será mejor que sigamos entrando las cosas —opinó BaekHyun sin dejar de fruncirle el ceño.

—Sí, mejor.

Ambos continuaron con lo que hacían y ninguno volvió a hablar del tema. De hecho, no volvieron a dirigirse la palabra hasta que estuvieron ambos sentados en el interior de la cabaña, con todas las cosas dentro, pero sin estar ordenadas todavía.

—ChanYeol, ¿cuánto tiempo nos quedaremos aquí?

Suspiró y se recostó en el sofá para mirar hacia el techo, encontrándose así con las vigas de madera a la vista.

Regresión • || ChanBaek ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora