Ese chico seguía sobre el, agarrándole del cuello, pero aún así sin aplicar alguna presión que pudiera ahogarle.
—¿Que quieres? Dime tu nombre—dijo Jeon, tratando de recobrar la compostura, tratando de pasar por alto de que ese chico aparecía en cada maldito lugar y aún no sabía si era un mal juego de su mente retorcida.
—Park JiMin—el chico parecía no querer apartar la vista de JungKook, y tampoco la mano de su cuello.
—¿Que eres?
—Confidencial, amo—Park guiñó un ojo a Jeon.
—¿Amo?
—No creo que sea momento para eso—JiMin retiró su mano del cuello del pelinegro, y descendió sobre este acercándose hasta llegar a centímetros de su rostro—Por ahora, debería dejarme entrar y eso es todo...
Los labios de ambos tuvieron contacto por segunda vez, JungKook volvió a cegarse con esa claridad inmensurable que se dio después.
Esta vez, despertó en la enfermería, donde debería haber despertado desde el principio. La enfermería olía a alcohol de farmacia, medicina y sangre. Al sentarse en la camilla, pudo ver a una persona sentada a su lado. Cabello castaño, ojos pequeños y un lunarsito debajo del ojo derecho.
—Despertaste—el chico esbozó una sonrisa peculiar en forma de rectángulo—¿Te encuentras bien?
—¿Quien eres?—el de cabello café hizo un puchero con sus labios serio por qué Jeon había ignorado su preocupación.
—Soy Kim TaeHyung, te traje aquí cuando te desmayaste en el pasillo—JungKook abrió los ojos un poco, claro, el ataque de pánico. JiMin—¿Te pasa seguido?
—No, está es la primera vez—JungKook retiró la sabana que cubría la mitad de su cuerpo y se sentó en el borde de la camilla.
—No, espera—TaeHyung se levantó de la silla donde estaba sentado y puso una mano en el pecho de Jeon y otra en su hombro—Deberías descansar un poco más, JungKook.
—¿Como sabes mi nombre?—preguntó el pelinegro, el castaño sonrió.
—Nunca te imagine tan curioso, Jeon—esa sonrisa seguía ahí, y JungKook pensó que el tipo este estaba muy cerca—Hemos sido compañeros de clase durante dos años consecutivos...
—Seguramente si...—dijo JungKook, aún pensando que la caricia en el hombro de TaeHyung y su mirada posada sobre él era mucho—Oye, ¿podrías soltarme? Me incomoda.
—Claro, lo siento—TaeHyung retiró su tacto del cuerpo de JungKook y retrocedió varios pasos. El pelinegro se sintió mejor—¿Quieres algo de tomar? ¿Un café frío? O ¿Un té verde helado?
JungKook frunció el ceño.
—Si me hicieras el favor, un café...—TaeHyung parecía feliz de hacerle favores.
—Ya vuelvo—el castaño salió de la enfermería, cuando pasó por el ventanal frente a la vista de JungKook, el chico parecía súper emocionado de traerle un café.
¿Que mierda? ¿Como sabía sus bebidas favoritas? O ¿por qué tan feliz de servirle?
—No me agrada.
Escuchó JungKook, su corazón dio un vuelco, pero trató de no parecer tan asustado al ver a JiMin a su lado en la camilla.
—Matémoslo—JungKook frunció el ceño al oír el comentario de JiMin. El rubio se relamió los labios, después miró a Jeon sonriendo—Ni si quería te extrañes, te gustara bebé...
Pero justo antes de que JungKook pudiera decir algo en negación, JiMin desapareció y TaeHyung entró de nuevo en la enfermería.
—Aquí está tu café—JungKook tomó lo que TaeHyung le ofrecía, vaya que ese chico era extraño. Hasta había frotado el café en sus manos hasta que estuviera frío pero no helado, cosa que el pelinegro siempre hacia.
—Que lindo chico...—JungKook sintió un peso en su espalda, y esa vocecita, JiMin estaba sentado detrás suyo—¿Crees que su sangre se vería igual de linda?
—¿Que mierda contigo?—dijo JungKook, en una voz un poco baja y mirando de reojo hacia su espalda.
—¿Pasó algo JungKook?—preguntó TaeHyung al notar su extraño comportamiento.
—No, no pasa nada. Lo siento...—JungKook se revolvió el cabello con el ceño fruncido. ¿Que mierdas estaba haciendo ese rubio con su cabeza?
—Oye, me preguntaba...—JungKook volvió la mirada hacia TaeHyung, este último tenía las mejillas sonrosadas y una sonrisa nerviosa—¿Quisieras ir a comer conmigo?
Jeon se quedó mirando hacia TaeHyung quien pasaba sus manos por su cuello nervioso, y por un momento, sus manos le picaron. Nerviosas y ansiosas por ponerlas alrededor del cuello de TaeHyung hasta que su alma dejara su cuerpo.
—Si no quieres..-
—Está bien—interrumpió JungKook a TaeHyung—Vamos a comer.
—¿Enserio?—TaeHyung tenía los ojos brillosos y su sonrisa no podía ser más grande—Muchas gracias ¿a donde quieres ir? Yo invito.
—No se, tú me invitaste, decide tú—JungKook se levantó de la camilla—Debo hacer una llamada, voy a ir al baño.
—Muy bien..—TaeHyung pareció un pequeño niño al quien le acabaran de comprar un helado.
JungKook salió de la enfermería y dobló la esquina para ir al baño. No. Mierda. ¿Que le estaba pasando?
Una vez en el baño, se apoyó en el lavamanos y se miró en el espejo. JiMin se acercó a él por detrás, abrazándole por la cintura y poniendo su cabeza en su hombro.
—Es un niño lindo ¿que esperas para ver su sangre correr por tus manos?—sugirió el rubio acariciando con la yema de sus dedos el interior de la camisa de JungKook.
—¿Por que lo mataría? No—JungKook miró al más pequeño en su reflejo—No ni siquiera por qué hablo contigo...
—Por que eres mi amo—JungKook frunció el ceño casi disgustado por su ignorancia sobre la procedencia de JiMin.
—¿Y por eso esperas que actúe normal cuando no se ni siquiera que eres o de donde saliste?
—Salí de los más profundos de tus deseos, JungKook—fue lo que susurró JiMin para lamer el cuello de su 'Amo' y retroceder en la oscuridad del baño de donde había aparecido.
JungKook de verdad debía estar volviéndose loco.
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