nota 3°

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No podemos ignorar el hecho de que algunas canciones nos limpiaron las lágrimas , y nos abrazaban en medio de la oscuridad de nuestra fría habitación. Esas veces en las que nos sentíamos y nos veíamos morir, sin fuerzas, nuestros ojos eran los únicos que luchaban y derramaban verdades hechas sal, porque nada estaba bien ya, pero a lo lejos queríamos imaginar una salida, un destello de sol, quizás nos levantaríamos de repente y seríamos más fuertes. Pero el viento soplaba demasiado como para dar un solo paso. A pesar de tantas ruinas en el paraíso de nuestro corazón, hubimos algunos que logramos sobrevivir, sin salir contagiados, quizás no del todo felices o fuertes, pero sanos, el mundo no logró su objetivo con nosotros y ya no podían darnos en las bruces hasta matarnos totalmente, teníamos nuestra música, buenas películas y libros, nos consolaban ante esta frívola sociedad, podíamos ser independientes, y hasta perder "amigos", pero aún así podíamos bailar solos y continuar.

Muertos de miedo algunas veces recurríamos a una libreta a escribir y a escupir todo lo que llevábamos dentro, nos costaba demasiado trabajo tratar de mantenernos cuerdos en un mundo reinado por la maldad en absoluto, y es que ya no éramos aquellos adolescentes tan inocentes, teníamos ya en nuestra cartera malas experiencias, una almohada que se empezaba a romper, por tanto llanto y por sueños primerizos queriendo volverse una realidad.

poesía pandémicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora