𝓟 𝓡 𝓞 𝓛 𝓞 𝓖 𝓞

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-Tu madre se fue.- dijo mi padre, lo miré, confundida-Tu madre murió-continuó, con su voz entrecortada.

Mis ojos picaban, sentía un nudo en medio de mi garganta. Una lágrima brotó de mi ojo hasta llegar a mi mejilla, luego otra y aunque quería controlarlas y lograr que se detengan. No podía. Aún no logró entenderlo

¿Por qué se fue?

Eso fue lo que pasó hace siete años. Meses después de lo sucedido, mi vida se convirtió en un infierno. Con mi padre no hablamos más del tema. Simplemente lo ignoraba o cambiaba de tema rápidamente.


Se podría decir que mi padre es feliz con su nueva esposa, Cinthia. Pero no sólo es ella, tienen un hijo, un año mayor que yo. Demasiado insoportable.

Joseph.

Cuando nos conocimos, tratamos y logramos de llevarnos bien. Pero un tiempo después el, y los otros idiotas de sus amigos me comenzaron a molestar. Son unos idiotas de primera. También, trae una chica distinta cada semana. Pero nunca es algo formal.

Birlem tiene diecisiete, cada día es más insoportable. Por suerte, este año termina. Así en el siguiente no estará por la Universidad.



La puerta de mi habitación se abre de repente. Dejando ver a mi mejor amiga, Maddie. Sus ojos celestes se clavan en los míos y su sonrisa es demasiado grande. Hoy era el día más esperado; tarde de chicas. Mi mirada fue a la bolsa en sus manos. De ella sacó un pote grande de Nutella. Nuestra favorita. Inmediatamente saqué mis esmaltes de uñas.

(...)

Nos encontrábamos en mi habitación. Mi cama para ser exacta. La chica a mi lado bufa, aburrida. Se levanta de inmediato. Haciéndome sobresaltar.

-Tengo una idea- dijo, sus ideas siempre son malas. Terminan mal en cualquier momento. -¿Aún tienes los globos de agua que tu papá nos compró en verano?

Asentí, sonrió al instante. No, no tengo buen presentimiento sobre esto.

-¿Se las podríamos tirar a tu hermanastro?- Okey, no es tan mala-sólo por molestarlo.

Asentí no creo que haga un escándalo con esto.

Fuimos a su habitación. El estaba dormido, cada una fue a un lado de su cama.

-Uno- susurré.

-Dos-continuó.

-Tres-dijimos al unísono. Lanzándole todos los globos en su cara.

-Pero que.. -no oímos que decía al final. Pues nos fuimos corriendo.

Maddie tuvo que irse. Su madre le mandó un mensaje diciendo que tenía que cenar.

Fuí a mi habitación.


Agarré mi celular y tenía un mensaje de papá. Se quedaría en la oficina hasta tarde. Otra vez.

Siento unas cálidas manos en mi cintura. Dándome vuelta y acorralándome contra la pared.

Agh. ¿Qué hace el aquí en mi habitación?

Su sonrisa es burlona, como de costumbre. Sus labios quedan a centímetros de los míos. Hasta que rompe el poco espacio que quedaba.

Mi primer beso.

***
[Editado]

Un amor ¿prohibido? | Joey BirlemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora