Pinwheel. ✧ Verkwan

✦ Verano y Sandías.

Desperté alarmado por tanto golpeteo en la puerta, no sabía que pasaba, pero la pereza me ganaba y era molesto pararme, miré el reloj analógico que yacía en la mesa de noche a mi izquierda, viendo que eran las 7:00, y mis clases empezaban a las 7:30.

Mierda.

Salí disparado de ahí, con toalla en mano hacia el baño, no me importó si quiera que mi madre dijera que tenga cuidado o que Sofía estuviera al lado de mi puerta mirándome extraño, realmente NO quería llegar tarde. Al darme la ducha tan rápido, desperté, más conciente de la hora, me quedaban 10 minutos para llegar.

Me puse el uniforme a medias, mi corbata estaba sin el nudo y mis zapatos estaban desatados. Salí corriendo de casa, apresurado y jadeando mirando la hora de mi celular, quedando solo 5 minutos para llegar, mi casa no era tan lejana, por lo menos unos 3 minutos me tardaría, pero lo difícil era subir las escaleras luego de correr tanto, apenas podía aguantar el estar corriendo, es difícil.

Pasé tan rápido como pude por la puerta, con el director gritándome desde ahí: ¡Hansol, apresúrate o verás! Así que traté de correr más rápido.

El momento llegó, las escaleras.

Subí de dos en dos, tratando de agilizar mi llegada, el profesor, como siempre, esperaba en la puerta para los que llegaran tarde, hice grandes zancadas, pisando fuerte y haciendo que me resbale cuando me detuve de la nada en frente de la puerta, entré rapido, como un perro loco y me senté, arreglandome lo más rápido que pude.

[ ♡ ]

La salida al colegio llegó, junto con el verano, la humedad pasó y ahora el calor era lo que más afectaba a todos. Era un miércoles por la tarde cuando íbamos todos juntos a casa de Seokmin, nos invitó a comer sandía y bañarnos en la piscina que había en su casa. Teníamos unos invitados de más, dos para ser exactos, Mingyu y Soonyoung, al parecer, eran amigos de Seokmin y Wonwoo estaba algo nervioso, ocultandolo bajo esos ojos filosos.

Por otro lado, estabamos tú y yo molestandonos en el camino, con el ruido de las sandalias al chocar con el asfalto por haber empezado a correr a la casa de el pelinegro. Entramos, saludando alegre a la madre de Seokmin, tomando una sandia cada uno, diciendole que van a tardar, porque los dejamos atrás, nos quitamos las sandalias y pusimos los pies en el agua. Comíamos alegres, escupiendo las semillas a nuestro lado para luego recogerlas, luego de haberte dicho hermoso en primavera y conocer tu sonrojo, por fin pude pedirte salir, este era pedazo del plan que le conté a mi amigo, para que se atrasen y compren algo para después.

Tenías un pequeño pedazo de semilla en la comisura del labio y mientras hablabas, te la quité, aprovechando la cercanía y depositando un dulce beso en tus labios esponjosos, que ahora por comer, sabían a sandía.

Definitivamente amaré la sandía a partir de ahora.

Agradezco que exista el verano y las sandías, así pude probar tus labios rojizos.