Capítulo 22: Camino a casa

5.2K 310 32
                                    

Vuelvo mi rostro hacia dónde provenía la voz que preguntaba por mí.

- ¿Sucede algo? – continua algo curiosos porque me vio salir.

- No - respondo cortante como era usual de mi parte.

- Felicidades, escuche que es una niña - menciona alegrándose por los hechos que acontecían, dándome una sonrisa y mostrando sus filosos dientes.

Asiento la cabeza con pereza mientras me aparto de su presencia, no quería hablar del tema. Salgo afuera y me escabullo entre los árboles, necesita estar solo y no pensar. Me quedo contemplando desde lo alto de los arboles el atardecer y presenciar como este se desvanecía en las tinieblas pero luego algo salía a iluminar el oscuro cielo, la luna.

Habían pasado unas horas, me sentía más tranquilo. Vuelvo a la locura, la pequeña estaba acurrucada en los brazos de su madre.

Sakura sonríe al verme y vuelve la mirada a Sarada, no paraba de observar y admirar todo de ella aun cada gesto que hacia inconscientemente estaba atenta de grabarlo en su memoria. Me asombraba aquello, podía sentir la unión que tenían, madre e hija. Un momento nuevamente me toma con la mirada sus ojos color jade, quede perplejo, sabía que yo era parte de aquello aunque no lo quisiera.

Estaba incomodo, porque no podía estar feliz con ellas, que era lo que me detenía. Me mantengo lejos viéndolas pero cada minuto que transcurría me pesaba dentro. Necesitaba pensar, analizar o en este caso no hacer nada, solo salir de ahí, estaba agobiado. Miles de ideas comenzaron a pasar por mi mente.

Una hija, necesita mi protección. ¿Cómo lo haré? Quería anticipar cualquier cosa que pudiera lastimarla ¿Quién puede hacerle daño? Apartarse ¿Cuándo podríamos vivir sin dificultades? Clan uchiha. Maldición. ¿Qué podía hacer para darle mi afecto? Odio. Venganza. ¿Cuál sería la forma de hacerle bien? Sakura. Amor.

Ella, solo ella podría cuidarla de la mejor manera y darle todo el amor que merece. Yo solo podría traerle infortunio a Sarada. No podía con mi rol como padre pero si podría hacer de su protector. Aunque lo intentaría.

Me detuve para ver donde me habían llevado inconscientemente mis pasos, estos pasillos aun lo recordaba.

Sentía un arma atravesar mi pecho, algo me tenía atado a este lugar, acaso no me había perdonado por todo lo que había hecho en el pasado, tuve un largo tiempo; y pensaba que había llegado a hacerlo.
No entendía que pasaba. En mi mente paso una imagen perturbadora un hombre sosteniendo a Sakura por el cuello tratando de matarla, porque ella era la causante que en su interior algo bueno se asomara. Visualizo bien la escena y era mi reflejo, mi rostro, mi odio tratando de deshacer lo único bueno que tenía en mi vida, si no fuera por Naruto aquella vez mi aberración a la venganza la habría eliminado.

Me odie. Como le había podido hacer todo eso y ahora ella era mi esposa. A quien amo y respeto. Con la quien estaba unido por los sentimientos. Y ahora mucho más por Sarada.

No las merecía.

- Sasuke - llama mi nombre la más dulce voz.

Ladeo mi rostro para verla de reojo.

Me abraza por la espalda, un escalofrió sube por mi cuerpo que me hace poner a flor de piel.

- Ahora todo está bien - dice como si tratara de adivinar lo que me pasaba - Te perdone desde la última pelea con Naruto - explica viendo todo mis pensamiento, ella estaba completamente vinculada conmigo. No había duda.

- Gracias - digo - "por hacerme tan feliz" - continúo aunque lo ultimo solo lo dije para mí.

Ella me sonríe, y la beso en el pasillo que estaba muy poco iluminado.

Salimos del intrincado lugar y volvimos a ver a Sarada que estaba en los cuidados de Karin. Ella dormía.

- No debiste haberte levantado - menciona en un casi susurro la pelirroja cuando Sakura entra. - Debes descansar – dice dando a la pequeña en sus brazos.

Me quedo observando, como una sombra desde una distancia prudente. A las dos mujeres que cambiaban mi vida. Mi razón de ser eran ellas.

Descansamos esa noche en el lugar donde había nacido Sarada, debíamos volver a Konoha.

Partimos por la mañana, Sakura había recuperado sus energías y quería volver, entendía que ella soñaba con construir nuestra familia en la aldea donde nosotros habíamos nacido. Nos despedimos de Karin y Suigetsu agradeciendo su cuidado.

Comenzamos el viaje de medio día. Sarada estaba cubierta con sus mantas y la de su madre. Estaba al pendiente de cada sonido que hiciera, y no paraba de contemplarla. Ella era su todo.

Estábamos a medio camino, nos detuvimos para dar de comer a Sarada. Me separe de ellas para darle privacidad y buscar agua ademas de alguna fruta para nosotros.

Vuelvo y me encuentro con Sakura sentada en el piso y con la bebé entre sus piernas, dormida.

- Sasuke - Me llama y vuelvo mi rostro hacia ella - Te quedaras con nosotras - dice esperanzada en sus palabras. No tenia ningún plan para dejarlas, pero ella me conocía y creía que me cansaría de estar en un lugar, encerrado, cuidando un bebé. Pensarlo me hizo dudarlo un segundo. Me acerco hacia ella en cuclillas.

Le regalo un gesto curveado en mis labios y asiento la cabeza mirando sus ojos y paso hacia la pequeña de Sarada que tenia los ojos abiertos, eran profundamente negros y suaves. Sentí como una lanza me atravesara. No la dejaría jamas.

Terminamos el viaje y llegamos, las grandes puertas de Konoha se dejaban ver, a lo lejos pude visualizar a Naruto ¿Cómo supo que llegaríamos?





Queridos lectores:

Lamento ser lenta para escribir, disfrútenlo. Estamos a 3 capítulos de terminar. Gracias por sus comentarios. Lau.

Mi destino flores de cerezo [SasuSaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora