S E X T O

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La noche había caído bastante rápido para ChangKyun y demasiado lenta para Jooheon que no había parado de mirar al castaño en el puesto junto a él.

Había notado bastante raro a ChangKyun desde que regresó del almuerzo. Como por ejemplo:

Cuando el castaño estaba enfadado, tendía a morderse el labio inferior y cuando estaba preocupado se mordia el pulgar izquierdo. Y cuando estaba confundido, frecuentemente tocaba su sien en el lado derecho.

El problema para Jooheon era que el castaño había estado haciendo todo lo antes mencionado. Varias veces le cuestionó si se encontraba bien, el menor le contestaba que sí, que estaba perfectamente y que mejor le dejara trabajar.

Consideró el ofrecerle ayuda para con sus informes, pero hizo un pequeño remember en sus archivos de "Lim ChangKyun" que guardaba en su cerebro y recordó lo mucho que le enorgullece hacer el trabajo por sí mismo, por lo que llegó a la conclusión de que si le ofrecía su ayuda, terminaría haciéndole sentir incómodo al menor.

Pero Jooheon no podía contenerse más. Le dolía ver tan ConfundidoEnfadadoPreocupado a su melocotón más preciado.

Así que pensó en ir a buscar algo que le levantara el ánimo a su amado.

Y los dulces eran la mejor solución. Y no simplemente porque al castaño le gustaran, sino que era también por el hecho de que cuando alguien está enfadado su cuerpo libera adrenalina y el azúcar compensa esa adrenalina, quitando por completo el enfado. Así que no es tan extraño que le quiera ofrecer dulces.

- ChangKyun-ah. - Jooheon le habló finalmente.

El castaño levantó un poco la vista encontrándose con los pequeños ojos del mayor, y sin decir ni una sola palabra Jooheon le regaló una pequeña bolsa con muchas gomitas y chocolates que había comprado hace unos momentos.

ChangKyun le sonrió y le agradeció consiguiendo así sonrojar al mayor. Era increíble lo que el amor lograba en una persona.

En Jooheon por ejemplo, que cada vez que el castaño le sonreía, sentía una enorme descarga eléctrica por todo su cuerpo. Pero no siempre fue así... No siempre Jooheon estuvo enamorado de ChangKyun. Hubo una vez en que lo odiaba, tanto como si fueran dos rivales.

Pero entonces Jooheon cayó. Se enamoró de lo decidido que era ChangKyun, de lo tierno que se veía cada que se emborrachaba y hasta de lo delicioso que besaba.

Sí, ChangKyun había besado a Jooheon. Pero... Lo había hecho bajo los efectos del alcohol, por lo que... Al otro día no recordaba nada de lo que había hecho. O al menos, eso fue lo que le hizo creer al rubio.

ChangKyun se dijo a sí mismo, que no debía ilusionar a Jooheon debido a que no podría corresponderle. No podría pues su corazón ya  tenía la brújula en dirección al castaño hámster.

Y ahora... Que lo había tenido en su cama, temblando y soltando respingos bajo su cuerpo... Reaccionando a cada mordisco, a cada beso que le proporcionaba. Dios, Yoo Kihyun verdaderamente era un ser distinto a cualquier otro con el ChangKyun haya compartido besos.

- ¡Terminé! - La voz del castaño resonó en la oficina sacando a Jooheon de un hermoso sueño de fantasía.

El rubio levantó su cabeza bastante alarmado y se encontró con el menor recogiendo todas sus cosas.

- ¿Finalmente has terminado ChangKyunnie? - Preguntó Jooheon.

- Oh... Lo siento tanto, debo haberte alarmado. - ChangKyun le sonrió a modo de disculpa. - De hecho sí, terminé mi informe de hoy y el de mañana también. Me he adelantado pero si ocurre algún desacierto, aún puedo corregirlo.

Y Jooheon creía aún estar dormido, pues tan hermosa sonrisa no podía ser legal en la faz de la tierra, por lo que seguramente aún soñaba que el castaño le sonreía.

- ¿Te vas ya? - la dulce pero profunda voz del menor le sacó de sus pensamientos con una pregunta que instantáneamente le dio una idea.

- De hecho, pensaba en ir a cenar... - Jooheon tragó saliva mientras desviaba la mirada hacia un costado. - ¿No quieres venir conmigo?

- ¡Claro! - El aullido entusiasta del menor le hizo quedarse sin aliento. - Enserio muero de hambre. - El castaño le sonrió por tercera vez en todo el día.

Y tras guardar todas sus cosas para poder marcharse en el auto del rubio -porque ChangKyun no tenía auto- se encaminaron a un restaurante cerca del vecindario donde Jooheon residía, porque éste así lo decidió.

- La comida es realmente deliciosa, el lugar no es algo muy refinado ni nada, pero la comida te hará querer volver una y otra vez... 

Jooheon había pensado que impresionar a ChangKyun con lujos, cosas refinadas y demás, no era lo del menor, al contrario. Que debía hacerlo con cosas sencillas pero magníficas. Y éso precisamente era lo que pretendía al llevarlo a éste restaurante.

Sin embargo, mientras ChangKyun escuchaba a Jooheon parlotear sobre lo mismo y lo mismo, su mirada logró atisbar una silueta un tanto conocida.

Kihyun...

Sí, justo en aquel restaurante, en la mesa del centro el castaño de regordetas mejillas sonreía felizmente junto a un poste de alambrado con cabello negro y sonrisa de león marino. No sabía qué demonios era lo que le inundaba.

¿Ira?

No...

¿Molestia?

Casi...

¿Envidia?

Casi...

¿Celos?

Celos... Éso precisamente era lo que sentía.

Celos.

Cheating On Him (ChangKi - ShowKi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora