Capítulo X
- Bien, por última vez, repasemos... Cuando sean las tres de la mañana ¿Qué tienes que hacer tú, Romina?- preguntó Francisca antes de empezar a tocarle el claxon al auto que tenía delante y renegar en voz alta.- !Por las piedras cardinales¡ ¡Ya estamos en luz verde y este señor no avanza!
- Fingir que me peleo con Matías y correr hacia el pasaje que vea en la mitad de la calle.- respondió Romina con desgano, desde el asiento trasero, sin quitar sus ojos del celular.
- Asegúrate que nadie más te siga.- agregó Francisca mirándola desde el espejo retrovisor.- Debes acercarte tú sola.
- Siendo jueves en Help, habra harta gente en la calle.- interrumpió Matías.
- ¿Jueves de qué?- Nancy volteó a verlo desde su asiento de copiloto.
- De Help.- indicó Romina todavía concentrada en su pantalla - Es una discoteca que se llena todos los jueves. Aunque sea de madrugada seguramente habrán personas saliendo de ahí y nos verán.
-Como sea. Es muy importante que estés sola en el callejón, de lo contrario el vampiro no aparecerá.- Advirtió Francisca - Tendrás que ver como resolverlo. Muy bien, cual es tu parte ¿Matías?.
- Dejo que Romina vaya hacia el callejón, sin perderla de vista.- Respondió Matías.- Insisto. En verdad espero que este plan funcione.
- Cielo, por favor, tenemos que confiar en las indicaciones del señor Chong.- intervino Nancy.- Por último, cariño, no tenemos más alternativas.Matías torció los ojos y exhaló profundamente. Estaba exhausto. A tal punto que incluso había preferido no contarle a nadie sobre lo ocurrido con papagayo azul durante la tarde de martes. Había decidido buscar primero al profesor Cortez y conversar con él antes que con ellas, porque finalmente confiaba más en su profesor.
- Hemos hablado de esto mil veces, Matías.- aclaró Francisca sin ocultar su agotamiento en el tema.- Te repito que Luis es un buen hombre, no nos expondría al peligro a ninguno de nosotros. Si seguimos los pasos tal y como nos lo ha indicado, acabaremos con esto antes de lo que imaginamos. Es simple: Romina se presta como una chica indefensa, identificamos al vampiro, lo perseguimos hasta su escondite, negociamos él y nos vamos.
- No vamos a negar que es peligrosamente mortal contactar con vampiros.- interrumpió Romina.
- Y eso cómo lo sabes, cariño.- Preguntó Nancy con cierto temor en la voz.
- Películas.- Contestó Romina encogiéndose de hombros.
- Cual de todas.- Nancy pudo respirar más tranquila.- porque hay bastantes.
-Todas, menos Crepúsculo.- dijo Romina.
- Me contento con que este vampiro sea como Lestat de Liocourt.- Dijo Nancy con un perfecto francés y soltando un suave suspiro.
- ¿Te gusta Tom Cruise?.- Romina miró a Nancy. Por primera vez en todo el viaje había logrado captar su atención.- Entrevista con el Vampiro ¿cierto?
- Querida, la he visto mil veces y no estoy exagerando.- Respondió Nancy con picardía.
- Nadie corre ningún peligro mortal, Romina. Las películas son puras mentiras. - Interrumpió Francisca.- Ahora, concentración por favor. No se distraigan.
-Matías te está faltando que me digas algo muy importante, te falta algo más.
- Darle la piedra a Romina.- Contestó el muchacho al instante.
- Es mejor que se la des ahorita, sin ella no podremos rastrearla.- Dijo Nancy antes de taparse la boca con ambas manos y mirar a Francisca con una cara de culpa inigualable.
-¿Rastearla? ¿Esa cosa me rastrea?- Preguntó Matías. Esto era lo último que le faltaba.Un repentino silencio asaltó la cabina del auto.
-Con razón nos encontraron tan rápido ayer, en esa casa.- agregó Romina.
-Es importante ubicarte, Matías.- dijo Francisca con un tono muy firme.
- No es bonito enterarme que saben mi ubicación en todo momento. - resopló Matías irónicamente.
-No lo hacemos en todo momento, solo cuando creemos conveniente.- Respondió Francisca.- Entiendo que no sea bonito, pero será menos bonito no saber dónde estás si algo se sale de control.
- Solo lo hemos usado en momentos extremos, cielo.- agregó Nancy en voz baja.- Disculpame si esto te ha desilusionado, pero Francisca tiene razón. Debemos protegerte de muchas maneras.
- ¡¿Protegerme?! ¡Romina y yo hemos estado casi una hora conversando con un asesino en serie que tenía a sus victimas muertas ahí mismo! ¡En esa casa!.- vociferó Matías totalmente irritado.- ¡Si realmente nos quieren cuidar entonces hagan que todo esto se acabe de una buena vez!
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Geldrín y la vela del deseo
FantasíaMatías es un jovencito de 21 años que se ve obligado a resolver uno de los problemas más inesperados de toda su vida. De pronto Lima, su gris y enorme ciudad, le revelará que está habitada por personajes que solo parecían existir en los cuentos de m...