Prólogo

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Recomiendo leer con la música puesta.

Hoy en día, las hojas de aquel libro se encontraban viejas, ásperas; como Toriel. El tiempo no cedía tregua a nadie. Si ella terminaba por esparcirse junto al viento, ¿quién cuidaría de Chara? Muy a pesar de los años, nadie le había arrancado a su pequeño de los brazos, ni viceversa. Podía luchar contra todo, lo habría hecho; pero no contra ella, la muerte. Era la única razón por la cual le temía tanto.

Pero en el fondo, Toriel permanecía tranquila. Aprender a sobrellevar la contienda de su mente había logrado evitar que sucumbiera ante la desesperación. En ocasiones se dejaba llevar por su pesimismo, tejiendo destinos y finales desagradables. Raramente lograba dormir, si lo conseguía, por pocas horas. Y puede que comiera una vez cada dos días. Como consecuencia de todo esto, había arrastrado una carga de envejecimiento severa. Sus días, quizá, estaban ya contados.

Toriel se permitió un momento de descanso. Todo el peso de su cuerpo recayó sobre el respaldo del sillón y ete crujió de una manera espantosa, pero la reina no pareció escucharlo, se encontraba omisa a la realidad. Tan pronto como cerró los ojos, sintió las escurridizas garras de la muerte avanzando por su cuerpo. Las piernas y los brazos no acataban los impulsos nerviosos. Su propia mente se adormecía minuto, por minuto. Tenía sueño, mucho sueño.

El cuerpo de Toriel habría colapsado, de no ser por una milagrosa intrusión.

La puerta de la habitación se abrió con un movimiento silencioso.

—¿Mamá? —susurró Asriel asomado. Toriel logró despertar, precisamente en el mismo instante en el cual llegó a ella su voz.

—¿Asriel?

Una pequeña, pero sincera sonrisa se dibujó en el rostro de ambos.

Él avanzó a toda prisa hacia el sillón, y se arrodilló, y lloró, y la abrazó, y dejó salir todas aquellas emociones acumuladas por tanto tiempo. Al verla así, sintió que una parte de su alma se le hacía pedazos. Deseó ser fuerte, intentó serlo, pero simplemente no podía. Trató respetar la decisión de su madre, trató de sobrellevar la condición de Chara, trató de mentalizarse con la idea de que él había vuelto a la vida, a la verdadera vida, pero fue mucho. No pudo. Aunque hubieran transcurrido diez largos años.

Asriel aún era un niño, pero atrapado en el cuerpo de un adulto.

—Asriel... —Toriel acarició la cabeza de su hijo. Ella hubiese querido estar a su lado, guiarle. Cometió el error de ampararse en aquella habitación de hospital, pendiente de Chara durante todo el día. Aún cuando no lo precisaba.

Ella les había hecho prometer que no la buscarían.

—Lo siento yo... snif... —Asriel se frotó los ojos—. R-Rompí mi promesa, lo lamento.

Toriel miró a su hijo. ¿Habían pasado diez años, en verdad? Sintió como todo su mundo se le venía abajo.Asriel ya era un adulto, ¿22 años... 20? No quería pensar en el tiempo que había abandonado a su primogénito, tan solo deseaba permanecer así. Con Asriel entre sus brazos. Así fue.

Al cabo de unos minutos, Asriel deshizo el abrazo y se levantó. Había alguien más a quien debía saludar. Su mirada vagó por la habitación y no tardó en situar el cuerpo de Chara. Se acercó, inseguro.

Su piel estaba pálida, no había rastro de aquellas mejillas sonrosadas. Por lo que podía ver había adelgazado de una manera brutal, estaba casi esquelético. Alimentado únicamente por el suero que le era proporcionado a través de la vía, no era de extrañarse. En el caso de que algún día despertara, se sería difícil recuperar la movilidad. Incluso tendría que realizar una serie de terapias para poder caminar de nuevo. Aún así, ya no se veía tan pequeño, su crecimiento no se había retrasado de una manera tan notable. Lo único que podía darle algo de paz a Asriel de todo aquello, era la paz que presentaba el semblante del chico. Una paz que nunca tuvo oportunidad de ver.

—Mamá, deberías comer algo —murmuró con la vista aún fija en Chara.

—Sí...

Con algo de dificultad, logró levantarse del sillón.

Asriel susurró algo en el oído de su hermano:

—No te voy a pedir que despiertes —hizo una pausa—, no sé si es ese tu deseo. Pero, si aún sigues ahí, si aún conservas tus recuerdos, me gustaría que recordaras aquellos ratos tan felices que te la pasabas comiendo chocolate. Eran tus favoritos...

Contrajo los labios, afligido, y tras eso se marchó de allí junto a Toriel.

La habitación quedó inmersa en un continuo, pitido del pulsioximetro: pi....pi....pi.... Fue, entonces, cuando el pulso de Chara pareció acelerarse de pronto. Si alguien hubiera estado presente, habría presenciado la manera nerviosa e irregular en la que respiraba. Sus manos comenzar a temblar. Y Chara abrió los ojos.

—A... ¿Asriel?

Entonces fue cuando se dio cuenta de que estaba solo.

[...]

***
¡Prólogo listo! Quise escribirlo más rápido debido a que, bueno, llevo meses de retraso. Si escribo en mis ratos libres mejor, ¿no?😂

Me hubiera gustado relatarlo mejor but... Lo necesitáis, i know It(?)

Me despido

|Renitah|

Undertale: MINE [NUEVO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora