El Playboy es mi Niñero, [SP#1] | ✓ editando

12. Chico oscuro y misterioso, atrápame y bésame.

Capítulo doce: Chico oscuro y misterioso, atrápame y bésame.

NARRADOR TERCERA PERSONA

Estúpido. 

Fue lo primero que pensó Ariel, mientras miraba a nadie más que Liam, intercambiar saliva con aquella misteriosa chica en el porche del patio trasero de la casa de Nathaniel.

¿De verdad, Ariel? Se cuestionó a ella misma.

La idea de tener, el menor atisbo de celos hacia eso, era bastante ridículo en la mente de Ariel.

Liam no le importaba. Eso era todo lo que Ariel sabía de él. Los Playboy's eran todos iguales. Se pondrían de rodillas y rogarían para que te fueras con ellos durante unos días, tal vez incluso un mes o una semana. Entonces te dejaría por otra persona.

Lo único que Ariel tenía en mente era correr. ¿Ser vista por el chico que supuestamene a él le gustaba? De ninguna manera. Ella sabía que si él la veía probablemente se reiría de ella.

Desesperadamente, sacó el teléfono del bolsillo trasero de su pantalón vaquero, y le escribió un rápido mensaje a su mejor amiga, Dakota.

Para: Dakota

¿Dónde estás? Te estuve buscando pero no te puedo encontrar con toda esta cantidad de gente. Sólo quería decirte que me iba. Te lo explicaré más tarde. - Ariel.

Tan pronto como terminó de enviar el mensaje, guardó su teléfono y comenzó a caminar hacia la puerta para salir de alli.

Entonces, de repente se dio cuenta de que no tenía coche.

Qué suerte la mía, pensó mientras se palmeaba la frente en señal de frustración.

Estar en esa situación definitivamente no era nada divertido para Ariel, y ahora que se daba cuenta, los chicos era un tema que debía olvidar. Todo lo que hacían era jugar con su mente y darle ilusiones y esperanzas con cosas que nunca sucederían, y que sólo la harían perder el tiempo.

Una vez Ariel salió de esa casa por completo, se enfrentó al frío de la noche. Se abrazó a sí misma en busca de calor. Luego volvió a mirar la casa de Nathaniel. Cada momento de su ser en la fiesta de repente brilló en su mente. Ese beso parecía que no se iba a ir nunca de su mente. No, no era el primer beso de Ariel, pero sí era su primer beso con Nathaniel.

Bajó las escaleras.

No había podido encontrar a Dakota en todo el tumulto de gente, ni siquiera le había respondido a su mensaje de texto, y pedirle ayuda a Nathaniel era su último recurso. Por no hablar de Liam que probablemente estaría demasiado ocupado besándose con aquella chica.

Lo único que podía ver a través del oscuro callejón; eran las farolas que iluminaban la calle a cada lado. 

Su casa estaba a siete kilómetros de la de Nathaniel, por lo que tendría alrededor de una caminata de dos horas. Ciertamente, ella se sentía completamente rara por varias razones. Una de ellas; dejar la fiesta sin nadie que pudiera llevarla no había sido la mejor idea del mundo. Dos: que estaba helada de frío.

- ¿Qué demonios es lo que estás haciendo? - Oyó una voz.

Sin mirar, sabía perfectamente que aquella persona que había formulado la pregunta iba en un coche, no había duda alguna, aunque la única duda que rondaba por su mente era por qué no había escuchado el ruido del motor.

Finalmente, ella tuvo el valor suficiente para mirar atrás y enfrentar a esa persona que le estaba haciendo esa pregunta. Y se arrepintió de haberlo hecho.