[TERMINADO] SECUESTRADA (+18)

Capítulo 22

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Ahora nuevamente llegaba el arrepentimiento, no podía creer lo imbécil que había sido con su mujer, ella no merecía como él se comportó. Borró la llamada y regresó a la habitación donde estaba _______ dejando el celular en el mismo lugar del cual lo sacó, quiso despertarla, pero prefirió primero pedir que prepararan algo para que comiera, ni siquiera se había preocupado de aquello, como se arrepentía.

Bajó las escaleras y de inmediato ordenó algo para su mujer, Krystal y Sora estaban en la sala esperándolo, pero el ya no estaba interesado en ellas, solo las llevó para sacarle celos a ______, pero se había pasado del limite al permitir que ellas la humillaran y de paso, él humillarla de igual modo.
Cuando ya estaba todo preparado, él mismo llevó la charola con todo, la dejó a un lado y despertó a su mujer, ella al verlo se sorprendió, y luego desvió su mirada, no quería verlo más.

—Nena, mi reina, lo siento.

—¿A qué vienes ahora? —Preguntó.

—Mi amor, perdóname, me comporté como un imbécil.

—No importa, solo vete con ellas y disfruten humillarme.

—Belleza, no fue mi intención, te lo juro.

—¿Qué me estás jurando? ¡Me humillaste, permitiste que ellas se rieran de mí!

—Estaba enfadado, estaba celoso.

—¿Y eso es justificación? Yo quería hablar contigo y simplemente me corriste como si valiera menos que nada.

—Te lo juro por Dios que estoy arrepentido, lo siento tanto, mi amor.

—¿Sabes qué? No me interesa perdonarte, esto jamás te lo perdonaré.

—Nena, no digas eso, sé que cometí un error.

—Pues este no es el primer error que cometes, así que por favor vete, quiero estar tranquila.

—Traje algo para que comieras

—¿Ahora? Como debe ser tu culpa, llévate eso que no lo quiero.

—Debes comer por nuestro hijo.

—No te importó nuestro hijo cuando quise sentarme a la mesa para comer ahí, así que ahora no lo menciones.

—Nena, creí que pedirías algo… No pensé que no comerías nada.

—¿Y crees que me quedaron ganas de comer? Esa tipa preguntó si yo era tu sirvienta y la otra estúpida se comenzó a reír ¿Y tú que hiciste? Creí que me darías mi lugar, pero solo fuiste cortante conmigo

—Perdóname, mi amor.

—Por favor, sal de aquí, no quiero verte.

—Belleza, hablemos, por favor.

—Lo mismo te pedí yo ¿Recuerdas que me dijiste? —Preguntó con los ojos cristalizados. —Por si no recuerdas me dijiste que no se te daba la gana hablar conmigo, que estabas ocupado, me dijiste también que me largara y que te dejara tranquilo, así que yo ahora te pido lo mismo, déjame tranquila y ve a reírte con tus amigas, después de todo se veía que la estaban pasando muy bien.

Unas lágrimas cayeron y rápidamente las sacó, no quería llorar delante de él, pero simplemente no podía evitarlo.

—No llores, nena, no sabes como me parte el corazón verte así

—Deja de mentir ¿Quieres? —Dijo molesta.

—Es la verdad, mi amor.

—Si eso fuera verdad no me harías sufrir como lo haces, me respetarías y no lo haces, Si ya te cansaste de mi dilo de una vez.

—Mi amor, yo te amo más que mi propia vida.

—¿Me amas? Lo dudo, ya no te creo nada, ahora solo sal de aquí, por favor.

—Mi reina, hablemos.

—Ya hablamos, ahora vete, si de verdad quieres a nuestro hijo, lárgate de esta habitación, no me siento bien por tu culpa.

JaeJoong tuvo que irse de ahí a fuerzas, se sentía fatal ¿Por qué había sido tan imbécil? ¿Por qué demonios había sido tan celoso? Golpeó fuertemente la pared de su habitación, quería golpearse a si mismo o que alguien lo golpeara por lo idiota que había sido.

Amaneció y _______ no se sentía del todo bien, durante la noche no pudo dormir nada y ni que decir de JaeJoong, el arrepentimiento lo estaba matando, no sabía que hacer para que ella lo perdonara, se había comportado como un poco hombre al permitir que Sora y Krystal la humillaran.

Se levantó y luego de ducharse y vestirse fue a ver a su mujer, tocó la puerta, pero no obtuvo respuesta, así que simplemente entró, ella seguía acostada, pero estaba despierta.

—Buenos días, hermosa.

—¿Qué quieres? —Preguntó cortante.

—Solo vine a verte ¿Cómo te sientes?

—Decaída ¿Algo más que quieras saber?

—Mi amor, hablemos, por favor —Le pidió. —No te imaginas como me siento en este instante, estoy muy arrepentido por como me comporté.

—¿De qué sirve el arrepentimiento ahora? —Preguntó ella. —Mejor ve a ver a tus amigas, desayuna con ellas y sigan como ayer.

—Ellas no me interesan, tú eres mi mujer.

—¿Tú mujer? Primero Sora dijo que era tu prostituta personal y ahora esta otra mujer dijo que soy tu sirvienta, y sigues con ellas como si nada, no te importa que me traten como se les de la gana.

—Claro que me importa, pronto serás mi esposa, también eres la madre de mi hijo.

—¿Ser tu esposa? —Preguntó ella riendo sin gracia. —Olvídalo, tú y yo ya no somos nada, no me casaré contigo.

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