Isha no shi

オペ - III

Me gradué a mis 25 años de la facultad de medicina, pero terminé mi especialidad hasta mis 27. Aún así apenas conseguí un empleo estable en un hospital de buen nombre.

Soy neurólogo... Me decidí por esta especialidad porque me gusta abrir cráneos. Ja, suena sádico, pero es más interesante que cualquier otra especialidad, según mi punto de vista.

Hace un año que deje de vivir con mis padres y me mudé al norte en otra ciudad. Vivo solo, no tengo pareja, ni mascotas... Casi no estoy en casa, normalmente me la paso en el hospital y rara vez salgo con amigos. Soy una persona apartada, cerrada, solitaria... Y supongo que así estoy bien.

— El problema es el rechazo por parte del paciente al medicamento... — Hidan se encontraba en una video llamada con su amigo y profesional en bioquímica, Sasori. Ambos discutiendo sobre el caso de un paciente que estaba a punto de ser operado.

— No será una recuperación sencilla, pero tal vez si intentas suministrarle algún otro... — Le respondió Sasori, pero antes de terminar su oración, fueron bruscamente interrumpidos por una enfermera rubia, alta y de ojos azules, quien llevaba una pila de carpetas que dejó rápidamente en el escritorio de Hidan.

— Doctor Hidan, la doctora Tsunade le manda estos expedientes, son de los nuevos pacientes que van a entrar mañana. Pide que los revise. — Dijo rápidamente, sin darse cuenta que él joven de extraños ojos violeta, le miraba irritado.

— Gracias Ino... — Agradeció Hidan con una sonrisa forzada. — Los revisaré más tarde, déjalos ahí... — Le dijo, intentando calmarse para lo que estaba a punto de decir. — Y otra cosa... Es de muy pésimos modales, entrar sin avisar. Te pido que a la próxima toques antes de entrar. — Agregó con seriedad, viendo como la rubia se tensó y avergonzada respondió:

— Sí, sí... Disculpe doctor, no vuelve a pasar... —

Luego de esto, la chica de ojos azules salió de aquella oficina, que solo era ocupada por el neurólogo del Hospital.

— Como te decía, el paciente en cuestión no está... — Volvió a continuar Hidan, pero una vez más fue interrumpido por aquella chica de hace unos instantes:

— Disculpe doctor... — Sasori torció los ojos fastidiado, y Hidan se tuvo que aguantar mentalmente la grosería que en esos instantes quería decirle a Ino.

— ¿Si, Ino?... — Pregunto con una sonrisa forzada. 

— Am... Es-esta noche... Esta noche algunos compañeros de trabajo queremos ir a tomar algo, ya sabe... Para relajarnos y convivir un poco, sería grandioso si usted... —

— Ino, estoy ocupado, ¡¿qué no vez?!.. — Exploto el albino. — Ahora no me vengas con esas tonterías. No me importa salir, así que déjame sólo, algunos si consideramos este trabajo muy importante. — Tras esto hubo silencio, a lo que la joven bajo la cabeza avergonzada y respondió: 

— Perdóneme doctor... Con su permiso. —

— Menuda idiota... — Musito Sasori, al escuchar la puerta de la oficina cerrarse. 

— Entonces, ¿me decías?... — Pregunto el albino a su compañero.

— ...Aunque hay compatibilidad con el donador, no creo que... —