Tu Abnegación

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Te quedaste cuando solo tenía una sombra
Cuando las paredes de mi habitación estaban desordenadas
Cuando mi orgullo rapidamente se despedazaba
Aun sabiendo que nada te brindaría, querida amiga

Te quedaste cuando las cenizas del fuego inundaron mi dolor
Cada vez que el insomnio se apoderaba de mi razón, estuviste para acariciar mi alma
Sabias que mi escondrijo no sería otra cosa o situación, sino tu vida

Te quedaste aunque sabias el daño que ocasionaba
Cuando dije alguna vez que el amor no era para mí, solo era parte de mis antigüedades.
Cuando mi primavera falleció, solo porque no tenía amistades.
En el momento justo en que más te necesité y todos me abandonaban, allí estabas.

Te quedaste en mis preguntas y consuelos
En mis dudas y desconciertos
En mi aposento más sagrado
En mi mente donde yo te observo.

Te quedaste por que sonaba mal, porque sencillamente no querías ser mi otra mitad.
Porque preferias estar con quien amabas y no con quien de amargura te llenaba.
Porque sola quedaste después de diversos disturbios, y no tenías a nadie a quien acudir aunque eres muy linda, por cierto.
Solo a este loco, que aún lo está por ti.

Te pido algo, aléjate porque debe ser así.
Te exijo algo, sé feliz con ese hombre que haga parte de ti
Te exhorto algo, sé toda una emperatriz, cumple tus sueños, no vuelvas a mi.
Pero por sobre todo, te obligo a algo, no te olvides de mí.

Escritos desde el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora