~RÍO AVON | VERSIÓN EXTENDIDA ~

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La miré y pude ver en sus ojos que hablaba en serio. A pesar del pudor normal por la situación, había un brillo distinto en ellos... el brillo del deseo.

—Candy... creo que debo irme...— dije, haciendo acopio de toda la fuerza de voluntad que me quedaba.

—Es verdad... no sé porqué lo dije... es mejor que te marches...— repitió con un hilo de voz.

Me levanté y sin hacer ruido, salí al balcón desde donde bajaría furtivamente para volver a mi habitación. Miré a Candy antes de escabullirme, y dejé un último beso en sus labios.
Aún con ese pequeño acercamiento, ambos nos estremecimos, y juro por lo más sagrado que sólo deseaba quedarme con ella.

—Pecosa, ¿qué harás el sábado?— era día de salida en el Colegio, y sonreí ante la idea que tenía en mente.

—Iré a casa de Paty, comeremos con su abuela e iremos a dar un paseo. ¿Por qué?—

—Conozco a la abuela, me simpatiza, ¿sabes? Y Paty es una buena amiga tuya...— ¡todo estaba a mi favor!

—Sí, ¿tú irás con el Duque?—

—No, tengo otros planes. Ahora sí, me voy... —me acerqué a su oído y susurré— sueña conmigo.—

Sonreí ante su reacción. ¡Me encantaba que se ruborizara por mi causa!, ¡si supiera lo que tenía en mente, seguro lo haría aún más!

POV. Candy.

Pasaron los días, y llegó el viernes. Había visto muy poco a Terry, según me dijo, debía poner en orden unos asuntos. Ni siquiera vino esta noche,  y no nos veríamos hasta el lunes, que regresáramos a clases.

Sólo espero que esos asuntos no sean nada grave, ya habrá tiempo para nosotros. Trataré de pasar este fin de semana lo mejor posible con Paty y la abuela, aunque extrañaré a Terry... suspiré resignada y me dispuse a dormir.

Al día siguiente, toda esperanza de poder verlo, se desvaneció al no encontrarlo por ninguna parte. Paty y su abuela me esperaban, así que sonreí, tratando de no parecer aguafiestas.

—¿Qué pasa, Candy? Parece que tu mente está en otra parte.— dijo la abuela, mientras miraba distraída el camino, a través de la ventana.

—¿Qué? Ah, no. Sólo veía el paisaje.—

—Yo pensé que mirabas para ver si veías a cierto chico...— dijo Paty, riendo.

—¡Claro que no, Paty!— respondí ruborizada.— Pasaremos este fin de semana juntas, sin pensar en chicos.—

—¿Sin pensar en chicos? Entonces tal vez debamos seguir...— dijo la abuela, y fue cuando me di cuenta de que nos habíamos detenido a un lado del camino.

—¿Qué pasa? — pregunté confundida, al ver que la puerta se abría.

POV Terry.

Todo estaba listo, me había costado mucho no verla esos días, pero sabía que todo valdría la pena. Me bajé de mi auto, al ver estacionarse al chofer de las O'brien. Mi corazón latía muy rápido, pero tomé aire y simulé serenidad.

¡Buenas tardes, queridas damas!— la expresión de Candy fue un poema, no tenía idea de nada.

—¡Hola, Terry! Puntual como buen inglés. Aquí está tu damisela, debes cuidarla muy bien.— dijo la abuela.

—Y así será, le agradezco mucho su ayuda. Vamos Candy, ¿no vienes?— y extendí mi mano, para ayudarla a bajar, mientras seguía sin entender una palabra.

Terry Grandchester | Mini ficsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora