¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sudor del hombre, tan puro. De su esfuerzo no hay duda, y al verla pasar se deleita con los bellos frutos que esta posee. Su corazón comienza a palpitar como un tambor en un festival. Ella comienza a bailar moviendo su cuerpo al ritmo del sonar. Y ahí comienza la danza de los enamorados.