Capitulo 3: Presentaciones

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— Mime, ya estoy bastante nervioso.

— Tranquilo, que yo mañana me encargo de ayudarte con tu cita.- Sonrió el pelirojo, arropando al peli-verde.- Así que ya duérmete, necesitas descansar. Ya verás que todo va a estar bien.

— Mime, tengo miedo.

— ¿Miedo?, ¿De que?

— De todo.- Suspiró con pesar.- Con el asunto de Jabu, mi hermano, la escuela...

— Ya te dije que trates de tranquilizarte. Necesitas descansar por tu corazón, así que no pienses más en eso, y a dormir, que aquí estoy yo para cuidarte.

— Aún así, no sé qué hacer.

— Lo que necesitas hacer ahora es descansar, y verás que todo se resolverá solo.

— Quisiera poder volver a ver a mi hermano.- Decía el peli-verde con algunas lágrimas corriendo por sus mejillas.

— Y lo volverás a ver... Tal vez no por el momento, pero algún día lo harás.

— No sé si él algún día pueda perdonarme.

— Ya hablamos de esto, no hay nada que perdonar. Tú diste todo y arriesgaste todo por Jabu, incluso desafiaste y te alejaste de tu propio hermano, solo por él.- Repitió Mime aquel sermón ya habitual.- Y él a cambio traicionó e hirió. Y como pruebas, llevas esas marcas no solo en tu mente, sino también en tu cuerpo.- Añadió, acariciando la mejilla de su amigo, peinando su mechón de cabello tras su oreja, dejando ver una cicatriz en la cien.- Pruebas de que Jabu te lastimó, y él es el único que debería pedir perdón de rodillas.

— A veces quiero simplemente correr hasta perderme, olvidarme de todo y de todos, desaparecer y no volver jamás.- Sollozó Shun, abrazándose a Mime.

El pelirrojo suspiró con pesar, rodeando con sus brazos a su amigo, acariciándole la espalda para tratar de calmarlo.

— No sé porqué mejor no me muero.

— ¡Eso no lo digas ni de broma, Shun!

— Los dos sabemos que es la verdad, Mime. No sé cómo es que no me he muerto con alguno de mis ataques cardiacos.

— Pues si no ha pasado, por algo será, ¿no crees?

El peli-verde se encogió de hombros, agachando la mirada.

— Shun, ya verás que todo estará bien. Y tienes que empezar por sacar lo que te lastima de tu vida, y con eso me refiero a Jabu.- Insistió el contrario.- Shun, ya olvídate de él, no es mas que un estorbo que debes sacar de tu camino.

— No es tan fácil hacerlo Mime, no después de todo lo que pasó, todo lo que sé de él... Y yo aun lo...

— Ni se te ocurra.

— Aún lo amo.

— Pero él a ti no, Shun.- Repitió aquella dolorosa verdad, logrando estremecer a Shun.- Él no te ama, nunca te amó, ni te amará. Mucho menos de la manera en que tu lo amas a él.

El peli-verde suspiró, intentando mostrar una sonrisa forzada. Sabía que era la verdad, pero no dejaba de doler.

— Pero, Shun, este no es el final. Dale una oportunidad a alguien mas, como ese chico rubio.

— Aún no estoy listo para dar un paso tan grande, Mime.

— Lo sé, pero intenta conocerlo. Mañana es tu oportunidad, así que duermete, y ya veremos que pasa mañana. ¿De acuerdo?

— De acuerdo.

Ambos se dieron las buenas noches, y cada uno se acomodó en su respectiva cama para finalmente dormir. Había sido un día agotador y necesitaban reponer energía.

Tu me cambiaste la vida. [Hyoga x Shun] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora