Tu me cambiaste la vida. [Hyoga x Shun]

Capitulo 4: Pasados.

— ¿Te gustaría intentar realizar lo que quieres hacer?

— ¿Cómo?

— Pues, a veces me dan ganas de hacer lo mismo, y cuando pasa, solo tomo mi motocicleta y manejo hasta dónde me lleve el viento.

— Nunca lo he intentado.

— ¿Que dices?, ¿quieres intentar?

— Sí.

Hyoga nuevamente ayudó a Shun a subir a la motocicleta. Se colocaron los cascos, encendió el motor, y arrancó. Recorrieron toda la ciudad, hasta llegar a las afueras, y continuaron su aventura por la carretera.

— ¿Y a dónde se supone que vamos?

— Ya te dije, a donde nos lleve el viento.

— ¿Qué tan lejos es eso?

— No lo sé, ¿tienes miedo?

— Un poco.

— Tranquilo, yo te cuido.

— Gracias.- Dijo el peli-verde sonrojado, agradeciendo el casco que le permitía ocultar la coloración en sus mejillas.

Sin decir nada más, siguieron viajando sin un rumbo fijo, dejándose maravillar por cómo lentamente cambiaba el paisaje, de uno urbano a uno natural. Hasta que llegaron a un pequeño bosque que había en el camino.

Aún montados en el vehículo motorizado, fueron por un pequeño sendero, y se adentraron en aquel rincón, que recorrieron hasta llegar al centro, donde había un lago de aguas tan cristalinas que junto con la luz de la luna y el cielo nocturno, hacían del lugar un sitio muy romántico.

— ¿Que te parece este lugar?- Preguntó Hyoga, bajando de la motocicleta y ayudando a Shun a bajar.

— Es muy hermoso.

— Vaya que lo es.- Sonrió el rubio, sentándose en el verde y suave pasto.- Ven, sientate.

Shun sonrió en respuesta, y se acercó. De esa forma, ambos pudieron sentarse a contemplar el paisaje en silencio, deleitando sus ojos con el hermoso panorama que la naturaleza les obsequiaba. Hasta varios minutos después, cuándo Hyoga decidió tratar de conversar un poco.

— Shun...

— ¿Si?

— ¿Sabes?, he pensado que aun no nos conocemos bien, y quisiera saber mas de ti.

— Bueno, ¿qué quieres saber?

— Lo que tú me quieras contar.

— Si te soy sincero, yo también quisiera saber mas de ti.- Dijo el menor, ligeramente sonrojado.

— Tengo una idea.

— ¿Cuál?

— ¿Por qué no jugamos verdad o reto?

— ¿Qué es eso?

— ¿Nunca has jugado?

Shun negó con la cabeza.

— Bueno... Por ejemplo, tú me preguntas a mi: "¿verdad o reto?". Si te respondo "verdad", tú me haces una pregunta, la que quieras, y yo te tengo que responder. Si te respondo que "reto", me tienes que poner algún desafío, y yo tengo que hacerlo.- Intentó explicar lo mejor que pudo aquel juego.- Y después yo te pregunto lo mismo.

— De acuerdo. ¿Empiezas tu?

— Por ser tu primera vez jugando, mejor empieza tú.

— De acuerdo. ¿Verdad o reto?