Nunca se puede platicar con estas lesbianas (orgía)

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-Menudos viejos cochinos... - protestaba Milo, un rato después, al calor del sauna del patriarca – quitarnos la casa de Libra.

Para el anochecer, todos los goldo seintos habían perdido sus armaduras y de la casa de Libra salían unos gritos y unos flashazos como nunca en la vida.

Lo que realmente ardia a los semes jóvenes era que ni ellos, con todas las turras jóvenes, habían montado una tan buena como el par de vejestorios con las armaduras.

Tan guarro como eso sonara.

-See... - dijo Saga, tirándose un pedo de ladito.

-¡Oye! – protesto Aioros.

-Extra burbujas para ti. – se rio Saga – Fotocopia, sírveme mas sake.

-Sirvetelo tu, no soy Kanoncienta.

-Quedaria mona con su disfracito de cenicienta. Bien corto. – valoro Milo.

-Queda. – aseguro Saga.

-Pues tu no te verias tan mal con el tuyo de Bella, aunque seas mas bien bestia.

-¡Que dijiste!? – le salpico agua Milo.

-Que tienes un culito muy tentador.

-¿Ya van a empezar con sus guarrerias? – se quejo Aldebaran.

-Estos, que no saben comportarse. – se dio su taco de seriesito Aioros.

-¿Les muevo la panza con el agua? – propuso Aioria.

-Pero no te daremos ni un peso. – contesto Saga.

-¡Mira, hermano! Como muevo el agua con la panza.

-Mas bien se ve como menea la polla. – le comento Shura a Death mask.

-Si, si, muy bonito hermano. – lo sento el melenudo mayor.

-¿Pueden creer que no vayamos a morir en un numero determinado de horas? – pregunto Aldebaran.

-¿Pueden creer que el reloj del santuario no este encendido?

-¿Pueden creer que Saga decoro las paredes de la piscina con mosaicos de el mismo?

-Soy hermoso. – meno la cabeza Saga.

-Ya wey, pero unas turras...

-Hubieras puesto a Virgo en poses poco virginales.

-¡Mira, hermano! ¡Puedo hacer buzito de cabeza!

-Si, si, muy bonito hermano. – lo sento antes de que Shura dijera que mas bien le veian colgar las bolas al revés.

-Dita me regalo unas fotos que hicieron sonrojar al fotógrafo. Y su obra maestra era Chicas con penes 5.

-Dita esta bien buena. – dijo Milo.

-Que no te oiga el cubo.

-¿Por qué no se quiere casar conmigo? – sacudió a Saga.

-Porque eres asi wey.

-¡Mira hermano! ¡Soy buscando a Nemo!

-Si, si, muy bonito Aioria...

-Y aun asi eres mejor que ese. – meneo la cabeza y tomo su sake - ¿Sabes? Yo puedo casarte...

-¡¿En serio!?

-¡Si pendejo, cualquier sacerdote puede! Y no me interrumpas: yo puedo casarte sin el consentimiento de Camus.

-Kyaaa!!! ¿Lo harias, lo harias? – pegaba briquitos hiperactivos salpicando a todos.

The power of me compels you!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora