Capítulo 2

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Después de veinte minutos conduciendo llegamos

-Bueno, ya hemos llegado.- espeta mi hermano cuando nos adentramos en el aparcamiento de la universidad. Harry sale rápidamente del coche mientras yo aparco. Me paso los próximos minutos intentando encontrar una zona donde estacionar, cuando ya opto por aparcar fuera de la universidad veo un sitio a lo lejos. Es perfecto justo al lado del edificio donde debo recoger mi horario de clases. En el instante en el que voy a meter mi coche, la zona es invadida rápidamente por un Audi negro

¨Será cabrón¨ grito mentalmente. Un gilipollas se me ha adelantado. Lo único que distingo desde mi sitio es su pelo negro. Al final aparco fuera

Una vez que cojo el maldito horario, veo que mi primera clase es literatura que está en el otro lado de la escuela. ¡Dios, vaya día! Cuando estoy de pie frente a la puerta, entro y gracias a dios que el profesor o profesora aún no ha llegado, todos paran lo que están haciendo para mirarme, en parte lo entiendo soy la nueva, y para ellos soy el nuevo chisme, pero odio con todo mi ser, ser el centro de atención. Así que me dirijo rápidamente ante la mirada de todos a la única mesa libre al final de la clase, que está al lado de una chica realmente guapa.

-Hola, ¿cómo te llamas?- me dijo ella al sentarme.

- Amanda pero me llaman Amy ¿y tú?- Dije tímida mientras sacaba los libros.

-Jamie, encantada.- al parecer a parte de guapa simpática.

-Igualmente, ¿ese libro no será el libro de ciudades de papel?- le digo emocionada al ver lo que estaba leyendo antes de que yo llegara.

-Sí, amo los libros de John Green. ¿Te has leído este?- me pregunta

-No, pero he oído mucho hablar de él, yo también amo sus libros, el tío es un genio de la escritura.-

-Si, por fin alguien con quien hablar de libros en esta universidad - dice con cierto alivio.

-No creo que sea la única, ósea, digo yo que habrá más gente que lea.- digo para seguir la conversación

-Verás la gente de esta universidad, no es que digamos muy agradable, si no le caes bien a las niñatas populares, no eres nadie.-Sinceramente a mí me da igual caerles bien o mal. En ese momento llega la profesora y empieza con la clase.

¡Al fin! Toca el timbre que da lugar al cambio de clase. Mientras recojo mis cosas Jamie y yo quedamos en comer juntas a la hora del almuerzo. Voy hacia mi nueva taquilla asignada, para dejar los libros ya que antes no pude hacerlo. Miro de nuevo el horario y voy rumbo a la clase que me toca. Historia que está al final del pasillo. Antes de llegar me choco con alguien que no veo, ya que voy con la cabeza gacha mirando el suelo. Se me caen los libros, me agacho a cogerlos y la persona que se ha chocado conmigo me ayuda. En el instante en el que miro a la persona, conectamos la mirada durante unos segundos, es un chico, un chico bastante atractivo he de decir. En lo primero que me fijo es en sus ojos, de un azul oscuro muy poco común, sus labios rojizos y carnosos, y en un pequeño lunar que tiene debajo de ellos. Esos ojos tan peculiares me atrapan al instante, es muy raro porque me inunda una sensación de paz y alivio enorme, siento que lo conozco de toda la vida, tiene el pelo castaño y su aroma es embriagador. Una pequeña sonrisa de su parte hace que me despierte del trance. ¡Mierda! me he quedado embobada mirándole, debo de parecerle una idiota. No sé qué hacer.

-Gracias por ayudarme a recoger los libros y eso- digo para poder escabullirme, me rasco la nuca y me voy.

-Espera- me dice agarrándome del brazo antes de que pueda huir, le miro y espero a que hable. -¿Nos conocemos de algo?-

-No, no creo, soy nueva aquí.-

-Y ¿cómo te llamas?- me pregunta con una voz gruesa un poco rasposa y varonil.

-Me llamo Amy - digo casi en un susurro. Antes de que él pudiera responder, mi hermano llega, se pone en frente de mí y me tapa la maravillosa vista que tenía de aquel chico cuyo nombre desconozco.

-Amy necesito que me acompañes a secretaria, no sé dónde queda- me dice con un puchero ugh... Menudo hermano tengo.

-Harry no puedo, ya estoy llegando tarde a clase de matemáticas.- digo mirando de reojo para ver si el chico sin nombre seguía allí.

-Por favor, no sé dónde está.-

-Yo puedo acompañarlo si quiere- me dice, me vuelvo a perder en sus ojos que me miran fijamente mientras habla.

-Y tu ¿eres?- suelta Harry

-Hola, yo soy Dean- dice él estrechando la mano con Harry. Lo miro y el me mira también, y de nuevo ahí está esa sensación. Dean, no sé porque pero ese nombre me resulta muy familiar.

-Entonces Dean, ¿nos vamos?- dice mi hermano al parecer exasperado

-Sí, claro vamos.- dicho esto se encaminan a secretaría, no sin antes recibir un guiño por parte de Dean. Me quedo en el lugar sin poder moverme viendo cómo se alejan. El aroma de Dean todavía sigue impregnado en mis fosas nasales.
De pronto me doy cuenta que llego tarde a clase.
Hoy no es mi día, después de haber entrado a clase, mi nuevo profesor de unos cuarenta años me echó una charla de lo importante que es ser puntual delante de toda la clase, poniéndome como punto de mira para todos. Cuando termina mi tercera clase, me encuentro yendo a almorzar.

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