Capítulo 9

398 31 3
                                    

Cuando salimos de clase voy hacia al comedor. Ahí me encuentro a Jamie y John sentados con alguien más. Es una chica delgada de pelo corto de un color negro azabache. Está charlando muy alegremente con ellos dos. Cuando me acerco y veo la cara alargada de la chica que no conozco me viene a la mente el nombre Alexia, no la conozco para nada pero su cara me resultaba muy familiar. Al ver como sonríe cuando me ve, una especie de déjà vu me estremece el cuerpo de arriba a abajo.

-Hola- me saluda Jamie sacándome de mi trance

-Hola- Respondo aun mirando a la chica cuyo nombre no sé.

Esta me mira y dice -Hola, soy Alexia pero, puedes llamarme Alex- Quedo atónita al oírla.

-¿Qu... quien eres?- tartamudee desconcertada, ¿Cómo pude adivinar su nombre? ¿Qué me está pasando?

- Es mi prima, ella también es nueva acaba de empezar hoy las clases.- Todo esto es muy raro. A parte de que he adivinado su nombre, esa sensación de déjà vu que me estremece es bastante extraña. ¿Habré vivido este momento en otra vida?

Observo atónita su mano cuando me la tiende. Sin querer y de forma totalmente impulsiva alzo mi mano imitando su gesto. ¿Quién da la mano para saludar en el siglo XXI?

-Hola, yo soy Amy- Digo cuando me estrecha firmemente la mano. Esta chica, Alexia tiene una actitud muy formal, muy rígida su postura y su forma de moverse me lo indican.

-Encantada Amy, ya nos iremos conociendo. Creo que tenemos un par de clases juntas.- Espeta segura.

-¿Nos conocemos de algo?- Pregunto y al instante ella se pone más rígida aún, si eso es posible.

-No lo creo- se limita a responder. Decido pasar por alto lo nerviosa que se ha puesto. Seguramente solo quiere hacer amigos.

Saco mi comida para almorzar con ellos. El tiempo pasó volando entre frase y frase. Alexia solo hablaba cuando su prima y John se dirigían a ella directamente, el resto del tiempo yo estuve observando y prestando una ligera atención a la conversación. En lo único que pienso ahora es en como pude adivinar el jodido nombre y la espeluznante y familiar sensación que me invade al mirar la cara de la susodicha. Toca el timbre que indica que regresemos a las aulas. Hasta el momento no he visto a Dean ni a Harry. Las chicas con las que estuvieron ayer estaban en el comedor pero de ellos ni rastro.

Las clases pasaron y no vi a ninguno de los dos, se me hace bastante extraño no ver a mi hermano al menos, bueno en realidad no. Estos últimos días están siendo bastante raros y no quiero ni pensar en lo que aún me depara el destino si es que existe. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no oí
llegar a Alexia.

-Hola, ¿Esperas a alguien?- me pregunta mirándome a los ojos. Sus ojos son color marrón, al notar su fría mirada me recorre un escalofrío.

-En realidad sí, estoy esperando a mi hermano, vendrá enseguida.- le digo sonriendo.

-No sabía que tuvieras un hermano.- dice esta vez sin mirarme a los ojos. En sus ojos por un momento veo tristeza, la cual duró poco ya que un momento después vuelve su gélida mirada.

-No lo sabes todo de mí, nos conocemos desde esta mañana ¿no es así?- cuestiono sin inmutarme.

-Sí, claro que sí.- después de decir esas palabras que a mi parecer significaban todo lo contrario se marcha.

Me centro en llamar por teléfono a mi hermano. Al cuarto tono responde.

-¿Quién?- Esa voz no es de Harry, esa voz no tiene nada que ver con la desagradable voz de mi hermano. Es ni más ni menos que Dean. ¿Qué hacen juntos? ¿Por qué no han aparecido en toda la mañana? y lo más importante ¿Por qué Harry no está aquí ya? me ruge el estómago a más no poder, necesito comida. Si no vuelve me iré sin él.

-¿Dónde está Harry?, debería haber estado aquí hace veinte minutos.-

-Hola Amy, relájate ya estamos llegando hemos tenido unos problemillas- espeta haciendo énfasis en mi nombre. Creo que estoy en altavoz ¿Qué clase de problemillas? Tengo que tener una charla con mi hermano, algo se trama, y sinceramente no me gusta nada que se relacione con Dean. Me da mala espina, algo oculta.

-Estoy muerta de hambre, que te lleve Dean a casa- dicho esto cuelgo el teléfono.

Cuando me dispongo a arrancar el coche Harry vuelve a llamar.

-¿Qué quieres ahora?-

-Estamos ahí en dos minutos Dean tampoco tiene coche hoy.- cuelga antes de que pueda responder.

Cuando me propongo evitarle va y se hace amigo de mi hermano, porque no puede salirme nada bien.

Tres minutos más tarde Harry toca la ventanilla del copiloto para que le abra. Cuando al fin se montan en el coche, inevitablemente miro por el retrovisor a Dean, lleva una camiseta básica granate y es lo único que veo porque está sentado justo detrás de mí. Solo con su presencia me hace estremecer. Mi mirada acaba en su rostro, el cual me regala una sonrisa. Mierda, ¡otra vez no! Rápidamente me dirijo a mi querido hermanito (nótese el sarcasmo)

-Antes de que digas nada, se me pasó el tiempo volando y no me fijé en la hora. Si no fuese por Dean ni hubiese cogido el móvil.

- ¿Se puede saber por qué no has aparecido en toda la mañana? ¿Y cómo es eso de qué habéis tenido unos problemillas?- pregunto en tono enfadado y omitiendo su excusa. Harry mira de reojo a Dean y este se encoge de hombros.

- No, no se puede saber, ya lo verás- suelta con los ojos fijos en la carretera. ¿Cómo que ya lo verás? no entiendo nada. - Por cierto Dean come hoy en casa.- dice sin apartar la mirada de la ventanilla.

Lo que me faltaba.

Minutos más tarde llegamos a mi casa, menos mal me muero de hambre.

-¿Qué harás de comer Amy?- Pregunta Harry, será gilipollas.

-Sueñas si piensas que os voy a cocinar- digo sin prestarle mucha atención, ya que solo pienso en como siento la mirada de Dean clavada en mi espalda.

-Hoy te toca a ti- Me recrimina

-¿Desde cuándo has decidido eso?-

-Desde hoy- este niño delira

-Te recuerdo que me debes una lasaña-

-Esto se soluciona pidiendo unas pizzas, yo me encargo- Dice Dean, ¡bien, por fin alguien piensa!

Cuando llegan las pizzas, cojo una para mí sola y me la llevo a mi habitación. No pienso comer con Dean a mi lado. Es bastante extraña la sensación que tengo cuando estoy cerca de él. Se parece a la que sentí hoy estando alado de Alexia.

Después de comer, estudié historia y me puse a leer un libro que me mandaron en literatura, no tuve que comprarlo porque ya lo tengo. La tarde pasó normal hasta que escuché un gran ruido en el salón. Inmediatamente bajo al salón.

Simplemente no puedo creer lo que estoy viendo.

WONDERWhere stories live. Discover now