Destrozar al sol [ChangLix]

I. ChangLix.

―Entonces, ¿Me estás diciendo que me toca emparejarme con un desconocido que me triplica el tamaño en forma animal solo por alianza económica? ―espetó Felix mientras apretaba la taza de té que su mamá le brindó para apaciguar la noticia.

―Cariño, sabes que ningún empresario te tomará enserio sin un alfa de alto rango junto a ti, además, cualquier cerdo imbécil podría intentar marcarte a la fuerza; este muchacho no es un alfa de sangre pura, pero impone lo suficiente, y te tratará con respeto―susurró la mujer después de quitarle el líquido a su hijo de las manos y tomarlas con un amor palpable―. Confía en mi cielo, dale, al menos, una oportunidad.

―Bien mamá, pero no me hago responsable de mis toxinas si el estúpido se intenta pasar, ¿Okay? ―manifestó el muchacho rubio entre caricias a las delicadas manos de su progenitora, su más grande adoración.

―Le avisaré para que mantenga sus manos lejos de ti, sin embargo, promete que no lo atacaras sin razón alguna, ¿Sí? ―La mujer comenzó a acariciar el suave cabello de su tesorito. La gente lo juzgaba por su apariencia y personalidad, sin saber el alcance de su peligrosidad, aunque muchos hubieran muerto horriblemente en cuestión de minutos.

El menor se levantó de los carísimos muebles de la fémina que le había dado la vida y corrió sin mucha ceremonia hacia su cuarto, donde llamó a su mejor amigo, un tierno venado.

― ¡SeungMin! Por fin te dignas a contestarme―chilló en la línea telefónica Félix―, eres un cornudo insensible.

―No te vas a morir porque no te conteste las llamadas, ¿O sí? ―manifestó tranquilamente el aludido, sin inmutarse en la comodidad de su hogar―, más bien, ¿Qué te contó tu madre? No me digas que nos vamos a casar por tu incompetencia para hacerte respetar, sabes que tampoco soy demasiado bueno en eso.

―No seas tarado, mi mamá te conoce bien para saber que eres la peor de las opciones, pero, si tiene que ver con matricidio ―Félix jaló un poco su cabello y cambió de posición en el colchón―, me consiguió a alguien "perfecto", y quiere que le dé una oportunidad.

―Dásela, no todos los días tienes la oportunidad de conocer a un alfa que tu madre apruebe, y mucho menos, que ella sea la que lo haya conseguido.

―Tienes razón en eso, pero ¿Y si intenta aprovecharse? ―El rubio mordisqueó sus dedos mientras pensaba en cómo sería el sujeto con el que, posiblemente, se emparejaría.

―Tú, más que nadie, sabes defenderte ―SeungMin suspiró en la bocina del celular―, lo que creo que pasa contigo, querido amigo, es que tienes miedo de que el supuesto tipo perfecto te rechace cuando sepa que eres, ¿O me equivoco?

―Odio que me conozcas tan bien―exclamó el contrario junto a un puchero que su amigo no podía ver, pero imaginaba a la perfección.

―Es la única razón por la que somos amigos, aparte de que te aguanto cada estupidez que maquina tu cabeza ―Una risita acompañó las palabras falsas del venado; ambos jóvenes sabían que aquello no era real, pero era divertido jugar de esa manera―. Félix, eres un dragoncito maravilloso, y no te lo digo por ser tu mejor amigo, sino porque conozco cada faceta tuya; no existe persona más dulce que tú, es más, si fuera un alfa, intentaría tenerte para mí. Que buena suerte tengo de ser beta, bro.

Las palabras sinceras de su mejor amigo causaron en el mayor una calidez abrumadora, que solo él era capaz de producir.

―Eres un tonto, SeungMin, y gracias, enserio te necesitaba―expresó el dragón con la voz suave y baja.

―Cuentas siempre conmigo, excepto cuando vea mis dramas ―La sonrisa de SeungMin fue acertada por la imaginación de su mejor amigo.

―Siempre me dices lo mismo, y me contestas aun cuando te interrumpo―contrarrestó el rubio con una sonrisa floja en sus labios.