La historia de Claire {Niall Horan}

Capitulo 5 - Te perdono

-¿Y qué hay de la chica?

-¿Qué chica?

-No te hagas, Niall. Sabes de qué chica hablo.

Lo miré a los ojos, pero el bajó su mirada, tratando de evitarme, eso lo hacía cuando estaba avergonzado.

Y debería estarlo, así que no dije nada, esperé a que él se tome su tiempo para contestar.

-Bueno…ya no la veo. Desde ese día.

-No me refiero a eso. ¿Cómo la conociste?- Pregunté tratando de ser más clara.

-Siempre tuviste celos de ella, ¿Lo recuerdas?

-Ella quería acercarse mucho a ti, y al parecer logró su objetivo.

-Ya no creas eso, solo escucha. Cuando me mandaron esa maldita imagen, me puse como loco, te busqué, pero no te encontraba.

-Yo también estaba buscándote.

-¿Me dejaras hablar? - Me miró y asentí- Solo te buscaba para que me des una explicación, ya que sabía que la tenías porque estaba completamente seguro de que tú nunca me hubieras hecho algo así. Al encontrarte, te vi tan normal, como si no hubiera pasado nada y eso me molestó, pero no te dije nada. Y así pasaron los días. En noche buena, recibí una llamada de Ashley, que me decía que tenía un plan. Me dijo que en 10 minutos estaría en mi casa, porque ella sabía que tú estabas celebrando conmigo la Navidad.

Si, lo recuerdo perfectamente. Mis padres estaban de vacaciones, así que yo pasé la Noche Buena con Niall, ya que él vivía solo. Fue la peor Navidad de mi vida, así es como la recuerdo.

-Nunca quise mostrarte que estaba enojado contigo, pero lo estaba, ya que tú te mostrabas muy cariñosa con Harry y yo pensaba que se veían a escondidas, al menos eso era lo que decía Ashley. Esa noche, nosotros empezábamos a comer, cuando el timbre sonó. Fui a abrir y antes de poder decir algo, Ashley me dijo que le siga la corriente, luego de eso, me besó. Yo estaba tan deseoso de venganza, que me dejé llevar y no la aparte, como debería haber hecho. Fue ahí cuando tú apareciste y yo te dije las mentiras más grandes de mi vida. Por eso estoy aquí, pidiéndote perdón.

Me quedé pensando en algo, así que ignoré las últimas palabras de Niall.

-Y, ahora al verte con Harry, pienso que fue él quien mandó a Ashley.

Ashley siempre fue la mejor amiga de Harry, ella haría lo que fuera por él, pero no lo creía capaz de haberle pedido algo así. Pero con lo que Niall me dice, podría asegurar que fue él.

-¿Me perdonarás?- Tomó mi mano, pero me solté lo más rápido que pude. Con pedir perdón no reparaba el daño que me había hecho.

-Deberías haberle dicho que no, deberías haberme pedido una explicación y así, ahora no estarías pidiéndome perdón. Deberías haber pensado en mí en ese momento.

-Claire, entiéndeme. Si yo te hubiera engañado primero, ¿Qué hubieras hecho?

-Te hubiera pedido una explicación.

-¿Estás segura? Además, nunca nadie se había burlado de mí y el que vengas tú, que de verdad te quería, y me engañes con mi mejor amigo, era lo peor que podría haber pasado.

Lo miré por un momento. Odiaba conocerlo tanto y saber que estaba arrepentido, hubiera preferido creer que solo lo decía porque sí.

-Niall…Te perdono, pero nuestra relación jamás podrá volver a ser la misma, estoy con Harry, no lo dejaré y ni siquiera sé si nosotros podremos volver a ser amigos, porque me dolió mucho lo que...

-Con que me perdones me conformo- Sonrió y besó mi mejilla.

Niall también me conocía. Sabía que volvería a ser su amiga, sabía que volvería a confiar en él y sabía que aunque vuelva a romperme el corazón, lo perdonaría una y otra, y otra vez.

-¿Quieres comer algo?

-Creo que sabes la respuesta- Reí mientras me dirigía a la cocina, rogando que Harry no llegue. Si ve a Niall aquí es capaz de matarlo, o al menos darle una buena paliza, pero tampoco quería que viniera porque era la persona que menos quería ver en ese momento, aún no podía creer que me haya mentido y engañado de esa manera.

Le di lasaña a Niall, ya que quedaba de lo que yo había dejado.

Charlamos, reímos y pude notar que era el mismo chico al que yo había conocido. Tierno, dulce y cariñoso.

-Ya debo irme- dijo Niall mientras se levantaba del sillón.

¡Quédate, Niall! Fue lo primero que se me vino a la mente, pero no me comportaría como una tonta.

-Te acompaño a la puerta.

Niall tomó su abrigo y caminamos hacia la salida.

-Niall… ¿Sigues viviendo solo?- Pregunté tímidamente.

-Sí, ¿Por qué?

-¿Te molestaría que me quede hoy en tu casa? Podría quedarme en la habitación de huéspedes, es que no quiero quedarme aquí con Harry, no creo poder soportarlo.

Niall me mostró una de sus más grandes y sinceras sonrisas al escucharme.

-Eso no debes preguntármelo, Claire. Mi casa es tu casa también.

-Entonces, ¿no te molesta?

-Claro que no, vamos.

Tomé mi celular, las llaves y luego la mano de Niall, para salir de la casa.

El viaje fue muy cómodo, ambos charlábamos y no entramos en temas incómodos para ninguno de los dos, pero eso acabó cuando entramos a su casa.

-Bueno, son las 11:00 p.m. Deberíamos ir a dormir.

Niall tomó mi mano y me llevó a su habitación. Entré algo insegura, el simple hecho de entrar a esa habitación me daba escalofríos, allí habían sucedido tantas cosas, que me hacían sentir como una puta por estar esperando un hijo de Harry.

-Vamos, Claire. Pasa, no hay nadie, solo nosotros.

Entré, pero me sostuve de la pared para no caerme. Esa habitación me traía tantos recuerdos, allí mismo Niall me había pedido que sea su novia, justo después de haber tenido una larga sesión de besos.

-Creo que me iré a la habitación de huéspedes.

-¡No!- Dijo Niall. Volvió a la puerta y le echó llave- Dormiremos aquí.

-No creo que esa sea una buena idea.

Me tomó de la mano y me llevó hacia la cama. Ambos nos sentamos.

-No te haré nada, no te preocupes. Ahora, siéntete como en tú casa y duerme tranquila.

Le sonreí y besé su mejilla.

-Gracias, Niall

-No tienes que agradecerme nada.

Levanté las sábanas y me acosté. Seguían igual de suaves que la primera vez que estuve allí. Me sorprendí al ver que Niall se acostaba al lado mío, ¿de verdad no le importaba?

-Niall, creo que será mejor irme.

-Claire dormimos tantas veces juntos ¿y ahora te preocupa?

Ese comentario logró sonrojarme, pero a la vez darme confianza.

Él aún no olvidaba nada.

No fue él quien me abrazó para dormir, como solía ser. Esta vez fui yo quien lo abrazó, necesitaba hacerlo, necesitaba dormir tranquila sabiendo que estaba con él. Sabiendo que, a veces, lo malo te hace bien.