Capítulo 4

51 4 0
                                    

Empezaré contando como conocí a mi precioso crush.
Bueno el es uno de los más guapos de toda la universidad y esta en la mejor de las fraternidades.

Sin contar que sería el sueño de toda chica con las hormonas alborotadas. Y pues yo no fui la excepción.

Y para mi es tan perfecto, nunca se le ha visto con ninguna de las chicas populares, como a los demás chicos de la fraternidad, aunque si tiene mala fama, pero mientras no lo vea con mis propios ojos no lo creeré.

Volviendo a el, pues como lo mencione antes son un grupo de cinco amigos o almenos son los cinco más cercanos de toda la fraternidad, normalmente se les ve almorzando juntos y en la mayoría de actividades ellos están presentes.

Pero no todo es color de rosa, algo está perfectamente mal con ellos, y es que nadie sabe el nombre de cada uno. Y los licenciados son completamente profesionales y no comparten la información de sus alumnos con otros. Ellos tienen algo así como ese pacto para que nadie sepa su verdadera identidad.

Y hasta el momento entre ellos se llaman con apodos aunque a mi jamás me ha interesado saber cual tienen, yo me conformo con llamarle Crush a ese morenaso guaperas.

Y todo empezó un día soleado, yo iba al estacionamiento a esperar a mi hermano Victor a la hora de salida para que me fuese a traer como habíamos acordado.

Ese día el malparido me terminó olvidado por las tetas de una de sus amigas. Y me toco irme sola caminando a mi casa.
Me coloque mis audífonos y olvidé el mundo en mi exterior, pero detrás de mi apareció un auto que bocinaba de manera muy insistente.

Al voltear a ver me encontré con la figura de mi amiga Candy en su nuevo auto tan flamante y obviamente no me iba a resistir a subirme en el.

Pero en cuanto lo hice sabía que había cometido un error. Mi mejor amiga iba muy bien arreglada con un vestido ceñido a su cuerpo y algo de maquillaje, que hacía resaltar sus labios.

Esto pinta mal, eso significa que esta loca va hacia una fiesta.

-Candy podrías llevarme a casa por favor.

-Acaso estas loca, tu no te perderás de una de las mejores fiestas del año.

-Pero ni siquiera estoy lista- digo señalando mi playera de ositos cariñositos bajo mi sudadero negro.

Hoy no tuve suficiente tiempo para arreglarme así que tome lo primero que encontré y me lo puse junto con mis jeans negros y unos zapatos cerrados de tacón bajo.

-Tranquila, no se nota tu playera de niña de kinder y además siempre traigo maquillaje conmigo, pararemos en el camino y te hechare un poco y estarás lista.

Y de alguna manera accedí a ir a aquella fiesta, con pocas ganas pero no me veía tan fatal después de todo.

Bajamos del auto y me encontré con una casa muy lujosa, sus colores y tonalidades eran muy opacas y hasta diría que aburridas para hacer una fiesta.

La puerta estaba abierta, y entramos a la casa, habían unos cuantos chicos aún arreglando unas cosas.

-Tranquila la fiesta aún no comienza, soy una de las que organizará y por eso estamos aquí antes.

-No sabía que organizaba fiestas- le dije algo molesta por no saber.

¿Acaso mi mejor amiga estaba viviendo una doble vida donde no me incluía? Eso me duele mucho.

-Mónica Daniela Isabel Martínez- Ammm ¿no se los comenté? Pues si tengo tres nombres, más bullyng ven a mi.- Ya te lo he comentado miles de veces, el hecho de que no te ha interesado no me hace ser una mala amiga.

El pequeño desastre que amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora