El pequeño desastre que amas

Capítulo 1

Me la paso una vida arreglandome para al fin ir a la universidad, tengo la desdicha de vivir a una hora de esta, pero aún por el pelo de un precioso gato llego justo a tiempo para el primer curso. O por la loca velocidad en la que conduce mi hermano, debería tomar en cuenta que mi vida corre peligro cuando pongo mi precioso trasero en el asiento de su auto.

Y llego a la universidad, es tan grande que podría perderme, como cuando era pequeña e iba al supermercado con mi madre y ella se alejaba por algo y me dejaba cuidando la carreta y yo emocionada iba a la sección de juguetes. Porque claro, estuviera donde estuviera siempre encontraba la sección de juguetes.

Aún no se por qué continúo estudiando si soy un desastre para ello, supongo que sigo aquí gracias a la ayuda de mis dos amigos y mi mejor amiga que me hicieron seguir con una carrera universitaria

Cuando me lo mencionaron pensé en algo así como una maratón de tres kilómetros o algo similar que me ayudarían a bajar algunas libras porque lo admito, comer tantas porciones de pizza pues te hace un poco, un poco gorda. Un poco nada más.

Pero en un abrir y cerrar de ojos terminé en un salón con paredes opacas y unos licenciados que hablan como si estuvieran diciendo el santo rosario.

Ni siquiera puedo tomar todos los apuntes que hace en la pizarra, y cuando menos lo siento el salón se esta vaciando, los únicos que quedamos en este son Gustavo y yo, el cual me invita para que lo acompañe en el almuerzo junto con los chicos.

La mayoría de cursos nos tocaban separados, eramos cuatro amigos, dos hombres y dos mujeres pero gracias a los espíritus del cielo todas las clases me tocaban con más de alguno de ellos, si no fuese así, creo que en la primera semana me hubiese atrasado y ya estuviera trabajando en algún lugar donde no echara todo a perder, y sí, lo admito soy un jodido desastre y en menos de lo que digo Morita me despiden.

Bueno, dirán que pienso demasiado, así que agárrense porque para hablar soy peor, sufro de algo así como una Lenguaflojitis. La cual se desata y ahí si no hay quien me detenga.

Pero ahí no acaba la cosa, cuando estoy frente al público no puedo ni tartamudear porque simplemente las palabras no salen de mi boca, es como si alguien hubiese arrancado mis cuerdas vocales y se las hubiera dado a la sirenita.

Ni hablar de cuando mi crush está cerca, sudo como una peppa pig muy sucia, y ahí milagrosamente puedo pronunciar unas cuantas oraciones, aunque sería favorable no hacerlo, ya que lo único que digo son incoherencias y hasta el momento creo que me conoce como la loca de remera de ositos cariñositos. Debería pensar dos veces que ropa escogeré para traer a la universidad.

Vamos ya soy una adulta, o al menos esa es la edad mental y física que debería demostrar.

-Isabeeeeeel!- Aguanten, las paredes gritan mi nombre.

Me acerco lentamente a la pared a mi lado y pegando la oreja a ella la acaricio.

-Que quieres preciosa aquí estoy, no es necesario que grites mi nombre con tanta euforia.- digo de manera muy delicada mientras me quedo sobre ella esperando una respuesta como si me fuese a susurrar algo en el oído.

Las personas en el salón se me quedan viendo de manera muy extraña y lo que no había notado es que Candy, mi mejor amiga del alma no estaba en el curso y era la que venía como loca gritando hacia mi.

Por suerte el licenciado se había atrasado y aún no llegaba. Esperen dije suerte? Pues olvidenlo porque eso es lo que menos tenemos Candy y yo, ya que para mal de mares apareció justo detrás de Candy, la cual al momento de estar en la entrada del salón perdió el equilibrio cayó de cara al suelo.

N/A
Aaaaahh *grito de adolescente* aquí tenemos el primer cap, me disculpo si hay demasiados errores o el léxico es muy pobre pero aun debo editar y quería opiniones, comenten si quieren que siga con la vida de nuestra mona? 7u7