XXIII

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El realmente es un sad boy.
Tiene la mirada vacía y llena al mismo tiempo.
No acostumbra a decir lo que siente, cuando lo hace sus relatos son realmente fríos.
Sus ojos la mayor parte del tiempo son rojos.
Va a fiestas,se pone hasta el culo y al día siguiente no sabe ni su nombre.
Aunque lo rodean miles de amigos, está más solo que un maldito desierto.
Y lo amé.
Lo amé con los ojos cerrados, como una niña puede amar a una muñeca nueva o como un escritor ama a las letras.
Pero lastimó. Y joder que como quiere, odia. Como odia mata.

«Versos a las estrellas»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora