XXXII

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Escribió el poema eterno.
Habló de sus miedos y de cuantas veces ah caído, de las heridas que tiene su corazón y de su primer amor que la destrozó.
Escribió el poema eterno, y la tinta se corrió a causa de sus lágrimas caídas.
Escribió algo tan doloroso que la luna se atrevió a no salir por muchas noches.
Hablo de cuantas copas tomo a su nombre, cuantas bocas besó intentando olvidarlo, hablo de sus noches en vela y de sus tormentos en ella. Se perdió en cada rima que salía, desvaneció al final de aquel escrito cuando puso su nombre y una posdata.
Arrancó la hoja dejó que el viento de aquel invierno se la llevara, sorpresa aquella que en realidad se la llevó a ella.

«Versos a las estrellas»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora