Se supondría que esto iba a salir bien, deseaba que así fuera.

Tal vez fui demasiado brusca varias veces, como la primera vez. Realmente me alteré esa vez, y supongo que nunca cambié. Sigo siendo igual de brusca, de alterada. Pero lo intento, juro que lo intento. Intento ser como esas novias tiernas, que usan apodos como osito, mi amor, gordito. Esas novias parece que lo llevan en el adn, porque es algo que yo nunca logré incorporar. No puedo ser de esas novias delicadas que ponen apodos tiernos, que llenan de mimos a las personas que están a su alrededor y cosas así.

Y aún así sigues diciendo te amo, haciendo que cada vez suene más irreal.

Y por si no te das cuenta, irreal en mi cabeza es un sinónimo de falso.

Alguien como túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora