Capítulo CINCO

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Mi imaginación vuela al verlo dormir. ¿Con qué sueñan los chicos guapos? Tal vez esté soñando con su película favorita de acción o con alguna escena candente de la última película porno que vio. Me gustaría compartir con él el papel principal. En este momento pasa por mi mente despertarlo con un beso de amor. ¿Cómo se sentirá besar esos labios rosas? ¿Cómo se sentirá recorrer con mis manos su piel mientras nuestros alientos se vuelven uno y nuestras lenguas bailan ese vals imaginario que suena en mi mente? Tal vez no sepa con que sueñen los chicos guapos pero si sé, con toda seguridad, que los chicos comunes y silvestres como yo soñamos con besar a los chicos guapos. Duerme tranquilo que yo estaré velando tu sueño. Por lo menos, hasta el final del recorrido.

Nunca me había sentido triste, enojado, apenado, estúpido, desilusionado y rechazado al mismo tiempo. Todo esto que estoy sintiendo lo ocasioné yo. No hay otro culpable. Desde el principio me dejó bien en claro que yo no le interesaba. Simplemente me ignoró y, ¿debía eso de sorprenderme? Él puede tener a quien quiera, ¿por qué debía de fijarse en mí? En el chico invisible que todos ignoran.

¿Estoy feo? ¡Joder! ¿Pero qué cosa estoy preguntando? Me han dicho, infinidad de veces, que no lo estoy pero la realidad es que pienso que toda la gente a mí alrededor me miente, ¿eso es posible? Dicen que una mentira se puede volver verdad dependiendo las veces que te lo repitan. Soy difícil de convencer porque, aun, no me he creído que se atractivo. No soy tan alto pero tampoco soy un enano, digamos que... soy de estatura promedio. Nunca tuve el cuerpo de ensueño, me ha costado mucho mantener un peso sano y no es que me importe mi apariencia... o tal vez sí pero eso no es culpa mía. La sociedad se ha encargado de anteponer el físico de los sentimientos. Mis ojos son de color caramelo, son grandes y con forma de avellana, están enmarcados por unas largas y negras pestañas que caen como la lluvia. Mis cejas son pobladas y oscuras. ¡Quién lo diría! Me estoy dando cuenta de que en realidad soy un buen vendedor... Me están dando ganas de comprarme y eso que no he mencionado lo mejor de mí. Soy de las pocas personas que piensa que el amor es un privilegio del cual poco son capaces de gozar. Quiero ser de esos pocos. Quiero enamorarme bonito. Quiero que te enamores de mí. ¡Merezco decirte que me he enamorado de ti!

"Es pesado viajar a esta hora en metro, ¿verdad?" "¿Te diste cuenta que hace unos momentos se iban a agarrar a golpes esos tipos?" "¿Me das tu hora?" Tantas preguntas con las cueles puedo iniciar una conversación pero una es más estúpida que la otra. Ni siquiera tiene reloj. ¡Pero si tiene celular! Después de todo no estoy tan perdido. "Hola... Lamento molestarte y es por eso que seré breve... me enamoré de ti, ¿podrías pasarme tu número telefónico?". Sería el mejor logro de toda mi vida. La historia de amor por las que todos me envidiarían.

No puedo dejar de imaginar a mis nietos preguntándome: ¿Cómo conociste al abuelo? Comenzaría diciendo: No es la historia más bonita ni la más perfecta, simplemente es nuestra y con eso nos basta. No omitiría ni un solo detalle, incluso, les mostraría estos escritos para que se dieran cuenta que desde el momento en que lo vi supe que él era la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Se lo ridículo que suena esto. Aun ni siquiera le hablo, ni siquiera sé su nombre y yo ya ando imaginándome a su lado y con nietos. Después de todo, las mejores historias de amor comienzan con un poco de miedo, ¿no? Y vaya que tengo miedo. No soy un robot. Tengo sentimientos y eso parece gustarme. Será que ¿me convertiré en uno más de los típicos chicos que adoran los corazones rojos y flores por doquier? Una parte de mí no se avergüenza de ser parte de ese clan. No estoy muerto en vida, soy capaz de enamorarme. ¿Alguien será capaz de enamorarse de mí? ¿Él se enamorará de mí cuando despierte?

— ­Disculpa... ¿Cuál es la siguiente estación? Me he quedado dormido y estoy un poco desorientado, ¿podrías ayudarme?

Se ha despertado. Me ha hablado. Creo que voy a morir. ¡Deja de escribir, maldita sea y responde! Aclararé mi garganta para que un gallo no se me escape y haga el ridículo (como es mi costumbre). 

SERÉ BREVE: ME ENAMORÉ DE TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora