Capitulo IV: "¡Emergencia!"

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 Una vez era casualidad, dos eran coincidencia, tres era ya de por si una acción enemiga pero...¿¡Todos en el mismo día!? A la media hora de que llegaran los The Killer, aparecieron Bloody Painter con Judge Angel, Ben Drowned y Sally, sus hijos estaban también lastimados pero las más graves eran las gemelas.

No pasaron ni aproximadamente otros diez minutos que llegaron Lost Silver, Alice Liddel, Kagekao y Suicide Sadie con Lice y Kagie también con severas heridas, esto definitivamente era un ataque enemigo y sus objetivos al parecer eran los hijos de los creepys. Sin demorar más, apenas dejaron a sus hijos, todos los creepys se dirigieron a la Creepy House a informarle de lo sucedido a Slenderman y Zalgo.

Los hijos de la familia de Slenderman se encontraban escuchando a escondidas todo lo que los demás creepys informaban a sus padres, aun no habían llegado ni Zalgo ni Dreiven, no obstante, lo poco que escucharon les preocupo al instante.


—Nuevamente van tras nosotros—afirmó Garden.

—Y esta vez parece que los esbirros de quien nos busca son más fuertes que los de Mr. Creepypasta—añadió Zaid.

—Deberíamos intentar comunicarnos con Dreiven telepáticamente, tal vez él sepa algo de los que nos atacaron—propuso Alida a lo que los demás asintieron y entre los ocho usaron su poder de telecomunicación.


En los rincones más recónditos del Inframundo se hallaba el castillo de Zalgo, quien no hace mucho había recibido un comunicado de Slenderman diciendo que había problemas y muy pronto tanto él como Dreiven se preparaban para salir.

El hijo de Zalgo se encontraba encaminándose hacia la salida cuando de repente, un ruido llamó su atención junto con una misteriosa sombra que sigilosamente se dirigía hacia la biblioteca del castillo. Decidió seguirla, estaba a punto de ingresar y confrontar al intruso cuando el castillo comenzó a temblar y un grito de su padre sumamente furioso lo desconcentro.


—¿¡Como hozas entrar así como si nada en mis dominios!?—se escuchó el grito del líder de los creepys por todo el lugar.

—¿Padre?—musitó aun en la entrada de la biblioteca. Estaba a punto de ir hacia donde se encontraba su padre pero en seguida recodó el intruso y sin demorar más entró—¿¡Quien está aquí!? ¡Sal y muéstrate!


La misteriosa sombra pareció asustarse e intentó huir de no ser porque Dreiven llamó a sus murciélagos, logrando así bloquearle todas las salidas posibles. Se acercó a paso lento hacia el intruso y cuando lo vió claramente no lo podía creer.

Mientras tanto, Zalgo se encontraba eufórico y sumamente furioso con la persona que tenía en frente suyo. Esta por su parte, no parecía demostrar miedo alguno, solo reía con burla, disfrutando cada segundo en el que Zalgo perdía la cordura.


—¡Debí saber que tu eras la responsable de todos esos ataques a los amigos de mi hijo!—bramó nuevamente el demonio haciendo temblar cada vez más el castillo.

—Que cruel eres querido Zalgo, apenas me ves luego de tanto tiempo y me culpas de un ataque—dijo la persona misteriosa que por su voz se daba a entender que era una mujer.

—Circe...¡Estoy con un humor de los mil demonios! ¡Y que tú te hayas aparecido justo el día en que los amigos de mi hijo fueron atacados te hace la responsable!—gritó nuevamente el rey de los creepys—¡Deja de hacerte la tonta conmigo! ¡Sabes que eso no funciona conmigo!


Aquella mujer volvió a reír, ciertamente adoraba hacer enojar a Zalgo aun si eso significara que su castillo estuviera al borde del derrumbe. De pronto, una banda de murciélagos, los de Dreiven, ingresaron y entre medio de ellos entregaron un paquete que dejo al líder de los creepys estupefacto.

Ahí, en el suelo, yacía nada más y nada menos que The Rake, uno de los creepys sirvientes de Mr. Creepypasta y que supuestamente había sido destruido por Garden, la hija de Slenderman. Estaba a punto de abrir la boca cuando el sonido de una pared rompiéndose lo alarmó, se asomó por la ventana y vió a su único hijo salir volando a toda velocidad y siendo perseguido por Mothman, otro lacayo de Mr. Creepypasta que supuestamente también había sido asesinado.


—Vaya...¿Ese es Dreiven? ¡Cuánto ha crecido! Esta igual que su padre—rió viendo también por la ventana.

—No tardaste nada en revelar tus intenciones...—masculló Zalgo mirando a la mujer que tenía en frente.

—Y tu hijo no tardo en entrometerse—dicho y hecho, Circe, desapareció al instante.


Dreiven llamó a sus murciélagos, estos lo rodearon dándole la oportunidad de escapar y de que su padre se encargara de este. A mitad de su escapada, pudo sentir como los hijos de la familia Slender intentaban comunicarse con él y en seguida contestó.


—Garden...—musitó Dreiven.

—¿Dreiven? ¿Sucede algo?—preguntó Garden, pues lo notaba agitado.

—Hay problemas...y graves...—añadió aumentando la velocidad.

—¿Tiene que ver con el hecho de haber sido todos atacados hoy?—inquirió Aria.

—Efectivamente ¿Dónde están los demás?—cuestionó mientras abría un portal y se introducía en él.

—Están en el hospital abandonado perteneciente al Dr. Smiley, Nurse Ann y Brais—respondió Blade.

—¡Diríjanse todos allí de inmediato!—ordenó cortando de inmediato la comunicación.


Los hijos de la familia Slender sin esperar más, salieron a toda prisa de la mansión, ignorando los llamados de sus padres y los demas creepys. Apenas pusieron pie fuera de la casa los ocho inmediatamente se tele transportaron, apareciendo en menos de 5 minutos frente a Brais, quien se estaba encargando el solo de sus amigos.

Los hijos de los creepys ya tenían sus heridas vendadas y poco a poco cada uno iba recobrando la consciencia, estaban confundidos y la mayoría de los que tenían heridas graves no recordaban mucho de lo que les había ocurrido. Intentaron explicarles la situación lo más brevemente posible, y ya que como no sabían quién era el responsable de los ataques.

En menos de diez minutos llegó Dreiven, entró al edificio abandonado no sin antes colocar una barrera alrededor por si el o los culpables de los ataques se decidían a volver a atacar. Una vez que estuvieron todos reunidos, decir que todos estaban calmados sería una rotunda mentira.


—¡Calmados!—ordenó Dreiven.

—¿¡Calmarnos!? ¿¡Dices que nos calmemos!? ¿¡Como mierda vamos a calmarnos cuando nos atacan creepys que por pocos nos matan y encima vienes y nos dices que dos creepys que supuestamente fueron asesinados por nosotros están vivos!?—chilló Lice.

—Dreiven...¿Tienes alguna idea de quien podria ser el que se presentó hoy frente a tu padre?—interrogó Aria.

—No, no se me dio tiempo de averiguarlo ya que Mothman y The Rake estaban por robar algo de la biblioteca, que mientras lo revisaba de camino aquí debo decir que, qué bueno que evite que se lo llevaran—respondió el hijo de Zalgo— Al parecer...hay más hijos de creepypastas aparte de nosotros.

Creepypastas Descendants 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora